Es difícil decir lo que quiero decir
es penoso negar lo que quiero negar

mejor no lo digo
mejor no lo niego.

Mario Benedetti. "EL PUSILÁNIME",
de "El olvido está lleno de memoria".

Mostrando entradas con la etiqueta ELLA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ELLA. Mostrar todas las entradas

martes, 11 de noviembre de 2008

Gracias a ti también...

Tú no lo sabes porque no estabas en los cuartos donde dormía yo, si bien uno de ellos lo conoces perfectamente bien.

Tú no lo sabes, pero siempre me interesaste, siempre hubo porción y media de ternura para ti cuando sólo eras una foto de una chica en un blog, cuando sólo eras la pobre niña que quedó en el camino cuando yo aparecí, la chica que supuestamente no llegaba a ser lo bastante buena para hacer de esposa en el teatro que sin comerlo ni beberlo nos hemos montado.

Tú no lo sabes, pero yo leí tu cuento una noche y no pude sino asombrarme y pensar que una persona que dice las cosas de tal forma a la fuerza tenía que ser especial.

Que una persona que ponía en su boca las cosas que yo no me atrevía a decir despertaba mi admiración. Me habría tomado un café contigo cualquier día, a cualquier hora. Sin conocerte. Aunque sólo fueras una sombra, aunque en el fondo te viera como una amenaza. Eras un enemigo digno, de esos que te matan y sonríes, pues nadie merece matarte tanto como él.


Y un día ocurrió. El resto de la historia la sabes porque es de las dos. La compramos en el rastrillo y la hicimos a nuestra medida y lleva nuestros nombres y la hemos pintado ambas, juntas, con el mismo pincel y los mismos colores, y tu mano y la mía se complementan para hacer un lienzo de difícil salida, pero que prometo no pedirte nunca. Y hemos trabajado duro para hacer la colada sin que nos destiña, y me ha costado quitarte la piel reseca de tu cuerpo.

Pero lo he conseguido.

Y mereció la pena...

Porque eres blanca y reluciente y cristalina, y tu cara es un poema, y tus ojos están vivos, y toda tú estás recién nacida y eres pura y virginal, aunque no lo creas. Y desprendes tanta luz que no te das ni cuenta, y es tan fácil sentirse bien estando contigo, y eres tan alegre cuando quieres...

Lástima que te esfuerces en ensuciarte con las sombras esa piel cristalina de polvo estrellado que te tocó en suerte. Es una lástima que pudiendo tenerlo todo libremente quieras vivir sólo con los cuartos. Es una lástima que no veas lo que eres y te esfuerces en ser algo que no te pega. Y es cierto que a veces eres mala y que te gusta serlo. Pero qué esperar de ti cuando tu víctima primera siempre eres tú...

Así que no te echaré la bronca.

Este post solamente es para decirte que sí, que yo también te doy las gracias por dejarte abordar. Que te doy las gracias por traerme aire fresco, que te doy las gracias por dejarme entrar en lo tuyo desde el principio, sin ninguna garantía de salir sin rasguños de una gata cornuda y herida.

Y que mis puertas están abiertas para ti y lo mío cada vez que quieras. Y que repito lo que te dije aquel día, en el primer taxi, la primera noche del primer encuentro.

Que será un placer quedar contigo, cada vez que quieras.

:)

sábado, 1 de noviembre de 2008

La tercera persona del singular se conjuga sólo en femenino...

Es curioso cómo pasas de ser la pobre víctima que me inspiraba ternura a la hembra que se me coloca enfrente y me hace sentir torpe, frígida y sexualmnete inactiva. Sólo con decirlo. Sólo con pensarlo. Sólo conque yo me sugestione y me autoetiquete. Así me hiciste sentir la primera vez.

La segunda vez-primera parte (prealcohol) en cambio eras la pobre niña débil y falta de cariño que se sorprendía de descubrir que había sido desnudada en veinte segundos por unos ojos que ven a través de la ropa. La mujer fatal quedaba fuera de la mesa. Y no la eché de menos.

La segunda vez-segunda parte (postalcohol) toda la importancia me la guardé para mí, y para la ebullición de latires que me producía tenerte cerca, sabiendo quienes éramos y lo poco que pintábamos juntas. Nunca me planteé tener nada con una mujer. Y esa noche te hubiera comido la boca hasta hacerte sangre. ¿Será el alcohol?

La tercera vez sacas una nueva personalidad, o yo abro el ojo y dejo pasar otro de tus matices, y pasas a ser colega y amiga de toda la vida, y te camuflas y me haces sentir cómoda y te noto cómoda conmigo y lo mío...

¿Cómo puedes variarme tanto?
¿Qué hacemos ahora con todo esto?
¿Qué se te ocurre hacer conmigo y contigo?

Porque vendes contrastes y eres contraste en realidad, y no sé que parte hace que me atraigas tanto, si es la fascinación que ejerce la niña mala, que destilan tus palabras y tu forma de mirar, o la ternura de saber que en realidad de mala sólo tienes el nombre, y que lo que de verdad te importa te lo callas? ¿O será que creo que estás falta de todo lo que a mí me sobra y me nace pasarte todo mi excedente?
¿O será tu boca, simplemente?

Y al final siempre acaba habiendo un él entre nosotras, es imposible que salga del cuento donde ya no pinta nada. Qué pena que hayas tenido que ensuciar mi post con gente que no merece ni ser nombrada. Supongo que no se puede evitar. Al fin y al cabo no seríamos si no hubiese sido él antes. No me habrías mirado de no saber quién era yo, y probablenmete yo no te hubiera visto si no fueras quien él te ha hecho ser. Aún así, para mí ese él no va a quitarme más tiempo ni se merece más palabras. Sólo hago la excepción porque por ahora él es tú. Lo peor de ti, pero aún sigue ahí porque tú así lo quieres, y yo te apoyo porque a día de hoy compensas, pero trabajaré para borrarlo de entre nosotras cada vez que te tenga enfrente, y aunque no te tenga.

Porque tú por ti misma me importas desde ahora.
Y en este post sólo va a haber un ella.

domingo, 5 de octubre de 2008

Noche surrealista

Me pinto los labios de granate porque saber que voy a verte me pone nerviosa. Me pongo un vestido negro porque sé que alguien más nos va a estar mirando, y eso me crea incertidumbre.

Nos sentamos los tres en torno a una mesa donde en un rato haremos una especie de sinpa. Es lo bueno de tener amigos en todos los sitios. Es lo bueno de que se te salga el corazón por los ojos, un corazón que por suerte no es invisible.

Ponemos sobre la mesa un batido, tres cervezas, un café, con hielo por favor, y una pila de trapos sucios que sucios seguirán por siempre. Nos bañamos de mojito, nos llenamos de limón. Y comienzan a rodearnos cuerdas por todas partes. De ti a mí, de mí a ti, de ti a él y de él a mí.
Y se me mete el alcohol muy adentro, y se me comienzan a aflojar las correas de mi sostén, las correas de mis sienes, y me siento cómoda, me siento como bañada en aceite, impúdica, y me apetece hacer cosas que nunca diré, cosas que nunca haré, como el agua que tantas veces no habré bebido, y tantas veces bebo. Cosas que ahora, sin alcohol, me inquietan.

Son los hechos aislados, son los acontecimientos surrealistas. Es compartir el baño contigo. Compartir la noche contigo.

Me pregunto si tomaríamos café de habernos conocido siendo tú y yo, y no siendo las otras. Me pregunto si no estamos vestidas las dos de algo que está fuera de nosotras.
Pero poco importa ya, yo no puedo quitarme el traje, porque no me lo he puesto yo.

Yo no puedo mirarte de otra forma distinta a la que te miro.

Y no quiero cambiar de gafas.

Comerte...

Comerte los labios hasta que me llene la boca el sabor amargo de la sangre.
Morderlos hasta que se agujereen, hasta que revienten y fluya la materia de tu ser al mío.
No hay explicación para eso.
Pero ahora mismo es lo único que me apetece hacerte.

O mejor dicho, lo que más me apetece...

martes, 23 de septiembre de 2008

De brujas y amas de casa

De todas las criaturas del mundo e inframundo, quién me hubiera dicho que ibas a ser tú la que anoche se sentara frente a mí. Aparcaste tu escoba y decidiste venir en taxi contra viento y marea para ser persona por unas horas, para ser mujer, para ser niña. Para hacerme sentir protagonista, parte importante de una historia que hace tiempo ya dí por finalizada, pero que vuelve en tu piel y tu aroma y a una misma vez me hace daño y me causa una curiosidad morbosa.

Quizá debiera odiarte. Porque en tus formas han caído como muertos mis anhelos, y a causa de tus piernas yo perdí lo poco que aún guardaba.
Pero no te odio para nada. Los culpables tienen nombre y apellidos y están lo bastante lejos del campo de batalla para poder recibir un tiro. Tú viniste. Podría haberte apuñalado por la espalda y dejarte desangrando. Y aún así viniste. Porque tienes agallas. Porque tienes huevos, huevos de muejr, huevos de esos que a mí me faltan. O faltaban.

Te mentiría si te diera que desde que has llegado no he estudiado cada rasgo, cada palabra que has dicho, cada gesto. Que me he comparado contigo, queriendo o sin querer, como hacemos todas, tratando de averigar cada uno de los puntos que en esas diversas noches hayan inclinado la balanza a tu favor. Pero es un acto reflejo, no te preocupes. Ni luchamos por lo msimo, ni eres ya la competencia. El lazo que nos unía hace días se rompió, y ahora sólo somos dos desconocidas frente a frente en una mesa, que parecieran conocerse de hace milenios, de cuando eran materia.
Porque estuve jodidamente agusto contigo, pese a que una parte de mí te imaginara en posturas que ciertamente me hacen daño, y me imaginara a mí a esa misma vez en esa parte de la historia donde quedan los protagonistas que no saben que el narrador es omnisciente, y que hay acción cuando ellos marchan a la cama. Ya sabes, el sitio donde esperamos las esposas en casa cuando los maridos marchan a media noche y a hurtadillas a visitar a las niñas malas.

Pero no importa quién hayas sido tú, ni quién fui yo. El ayer queda ayer. Y hoy... Hoy no sé que somos. Hoy no sé que siento. Hoy no sé que piensas.
Porque estuve jodidamente agusto contigo, niña mala. Y no me importaría repetir.
Al menos elige bien, no?
;)

lunes, 22 de septiembre de 2008

Feliz por vivir de nuevo..

Quién lo hubiera dicho, encontré finalmente la medicina a todos los males que llevan tu nombre. Y lo más gracioso es que la receta me la diste tú.
Te borré. Y me encuentro de un humor increíble, río a todas horas, me siento feliiiiz, soy libre de nuevo y empiezo a ser yo otra vez......
Se fue tu fantasma y sale de nuevo el Sol, con mucha más fuerza, pues sobreviví, y aprendí.

Ahora de recuerdo sólo queda el presente de una bruja amiga a la que a partir de ahora escribiré sólo por email. Cuestión de elegancia.... :)

sábado, 20 de septiembre de 2008

Niño malo, niña mala, niña idiota

Perdoné todas tus mierdas, y nunca mejor dicho, porque pensaba que venían con el lote, que tú eras así y así tenía que aceptarte. Viví en el sótano durante muchos días, sólo porque ocasionalmente venías a buscarme para subirme arriba a pasar la noche, porque ese día estabas de buen humor.
Y aún así me compensaba.

Y ahora descubro que a parte de frío y egoísta, eres cínico y mentiroso. Que no sé cuántas alcobas has visitado antes y después de perjurarme que jamás habías sentido esto por nadie, que nadie como yo para ser la madre de tus hijos. Me vendes por un rato de sexo, y además, ya conocido.

Y te ves descubierto y lo único que tienes que decir es que te borre de mi vida, porque tú piensas hacer lo mismo.
Borrar. Como si fuera una prófuga, como si te hubiera maltratado, como si sólo te hubiera traído mal. Borrarte de mi vida es lo único que quiero, porque conocerte, y amarte, (y créeme si te digo que es la primera vez que pienso esto en toda mi vida) hace que me arrepienta como de nada que haya hecho nunca.

Sólo extraigo una cosa positiva de que te cruzaras por mi camino, y ha sido conocer los cádaveres que has dejado a tu paso, descubrir que fui tonta, pero que hay otras tontas como yo que preferimos llamarnos de otra forma. Lo mejor ha sido descubrir que la chica a la que cambiaste por mí, y a la que aún visitas, comparte mi forma de respirar, mis piernas con difícil depilación, que me encanta su forma de vivir, su forma de usar el verbo, aunque tanto yo como ella sepamos que está destinada a ser infeliz siempre. Porque se quiere muy poco. Y yo, gracias a ella, apoyándome en su dolor, que es el mío, viendo su forma indigna de amar, que tan parecida es a la que vengo usando muchos años ya, la tomaré como ejemplo de lo que no s e debe hacer, y cambiaré. Deseando con todas mis fierzas que ella también lo haga.
Y que algún día pueda ser feliz, dejar de ser la niña mala, la bruja, dejar de buscar niños, y encontrar un hombre. Que no la ate a la cama. Que no le regale las sobras.

Y yo sé que ella puede, porque es puro corazón.
Hazlo por mí, y por ti.