Es difícil decir lo que quiero decir
es penoso negar lo que quiero negar

mejor no lo digo
mejor no lo niego.

Mario Benedetti. "EL PUSILÁNIME",
de "El olvido está lleno de memoria".

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sábado, 3 de abril de 2021

Ya no pareces el atardecer

 Allí, al fondo, ya casi no pareces

el atardecer.

Tampoco soy yo mis restos,

he crecido de ancho y de largo,

he encogido para adentro.

Pero no rehuyo tu mirada,

ni siquiera me ha rozado de soslayo.

Somos dos desconocidos

que nunca llegaron a saber 

en realidad nada del otro. 

Miro atrás y no me reconozco,

no me veo a mí en nosotros.

Me recitaste gris a sangre fía, 

directo a los ojos, 

pero no fue bastante para la vida,

fuimos solo dos muñecos rotos

que a golpe de poesía 

creían arreglarlo todo.


Eres, con gran diferencia, 

al que menos he llorado,

al que menos he querido,

el que más me ha fallado

en todos los aspectos.

No me cuesta ser digna si te veo,

no me cuesta mantenerme fría si te miro.

Te veo y no sé quién eres,

te miro y no sé a qué viniste,

busco y no encuentro nada

con lo que gracias a ti

yo me haya agrandado.


Y es que allí, al fondo, ya casi no pareces 

el atardecer.

Y aquí delante, yo ya no sueño

con todo lo que soñaba,

ni creo en todo lo que creía,

pero no por ti.

sábado, 28 de marzo de 2020

Nunca aprendo

Me pregunto si se puede vivir la vida intensamente
sin que te devore por dentro, 
si se puede inhalar el cielo
pasando por la tierra solo de puntillas. 

Si pensar a veces que éramos perfectos
me convierte en mala persona, 
o si tal vez en algún lugar, en algún momento, 
tú serás tan malo como yo. 

Si todo es una eterna espiral
en la que doy las mismas vueltas, 
siempre con los mismos sueños, 
uno y otro día enfrentando el mismo miedo, 

por qué no volverle la espalda a todo, 
si sienta lo que sienta, y haga lo que haga, 
todas las raíces en el alma se me estancan, 

y por más que lo intente, 
por mucho que me esfuerce, 
nunca aprendo a sonreír. 

domingo, 10 de febrero de 2019

El náufrago errante


Me baño en el rocío de tus ojos infantes,
-tiernos e ingenuos- que desmigan
cada quiebro de mi cuerpo
como quien mira por primera vez y reconoce
lo que en cuentos le ha narrado el deseo al oído.
Me escuchan como quien oye lo que –adivina- debe ser
un canto de sirena, y la sigue como un loco hasta romper
una a una todas las olas con su fuego de madera.

Porque hace una vida que no siento ya la mía,
que estoy sorda a mi cuerpo y acallo mi alma,
y mis prioridades se van ordenando una a una
de manera compulsiva y racional.
No siento la piel, todo es puro trámite,
tránsito hacia algo que no está aquí
pero de aquí depende.
No siento ya el estómago, el hambre animal,
solo unas manecillas viejas de reloj que acortan
con hilos de seda blanca las horas;
agonía, abatimiento, silencio;
calma, seguridad, bienestar.

He tenido que agarrarme a un recuerdo
para poder sentir algo, retroceder
unos cuantos años para -reflejada en la infancia-
volverme por unos segundos poderosa de nuevo,
como un lucero prendido en la oscuridad de la nada
capaz de guiar a los errantes náufragos
hasta la perdida quietud del alba.



miércoles, 26 de julio de 2017

La noche entre los dedos

Me cae la noche entre los dedos
como el rocío baña las flores 
en la madrugada.

Me bebo el cielo contigo, 
estiro los brazos todo lo largo
que me permite el techo estrellado

y apunto mi arpón hacia lo alto,
alcanzo de lleno la bóveda
y te ato a mi cuerpo con la liana.

Nos colgaremos toda la noche,
penderemos de un fino hilo 
toda la vida

esquivando el vértigo
que nos acecha en lo oscuro 
del desfiladero,

y seremos duros y fuertes
como un par de brutos diamantes
reflejados el uno en el otro.



martes, 4 de julio de 2017

Tú no lo percibes

Tú no lo percibes, no eres consciente
porque ahora mismo estás henchido, flotando,
bailando en el torbellino del aire en el que te besan 
traviesas las hojas que le has robado a algún árbol

mientras ves el horizonte desde arriba
imaginando que te comes el mundo tan fácil, 
de un solo bocado, y estás tan ocupado 
que no ves que me he quedado abajo,

no has reparado en tu vuelo de águila
en que yo ya no estoy a tu lado,
que ya solo te veo perderte,
que no me oyes cuando te llamo,

y te vas volando como un diente de león 
que al viento (suicida) se ha deshojado,
y yo (de nuevo vuelvo a ser solo yo) 
me quedo aquí (otra vez aquí, acabada)

hurgándome este agujero mío lleno de nada,
esta llave de paso abierta que en el pecho me has dejado,
ese trocito que me falta, y que ya para siempre 
(a donde quiera que vayas) contigo te habrás llevado.




Suena "Embody me", de Novo Amor.

"Embody Me"

Stole, forcefully
Forced from me, your body leaves
Fold to your knees
Your body needs to embody me

Decorated in your bed
Every second that we had was newlywed

Oh, where've you been
All soaked marine, in kerosine
Stow your love with me
My body needs your body heat

Decorated in your bed
Every second that we had was newlywed
Separated in your head
In every present that you had, I was a wreck

Oh, I'm in agony
Your anatomy has gone
And the hold that you had of me

Didn't have any, at all

miércoles, 21 de junio de 2017

Indiana Jones

Hay un lazo en el aire,
hoy seré tu Indiana Jones.

Voy a atar la soga y no será a tu cuello,
pondré por testigo al inocente arroz 
y te verás cautivo, 
indefenso, falto de reflejos;
te robaré la palabra, 
y la llevaré ya (para siempre)
como parte de mi propia voz.

(34)


Ya vienen

Gris.
Gris es la luz que se cuela por la rendija
roja la puerta donde cuelga la señal de precaución;
se han encendido todas las bombillas,
ya está funcionando a pleno rendimiento el dispersor.

Todos y cada uno de ellos están preparados y en sus puestos,
asoma el colirio tímido en el recibidor.
Todos esperan por si acaso tú y yo no podemos con toda 
la horda de monstruos salvajes que ya suben por el ascensor
a salvajemente devorarme la esperanza, 
a sin misericordia romperme en añicos el amor.

Te miro y me coges de la mano, nos late a ambos
el corazón tan fuerte, llega hasta tan lejos el pálpito
que no habrá manera de convencerles de que no estamos,
en este caso no va a solucionarlo todo cubrirnos con el edredón.

Y si finalmente no podemos con ellos, si nos desgajan
y separan cada uno de nuestros miembros 
y pese a los súplicas nos los apartan,
si nuestros ojos ya no pueden guardarlo todo 
y nos sobran ya las inútiles pestañas,

no olvides que te quise
de la única manera que sé
(con todos estos demonios minándome,
con toda esta ansia ahogándome,
con toda esta sed insaciable),
moreno.




Suena "Mil razones", 
de Luis Brea y el Miedo

miércoles, 3 de mayo de 2017

El cielo se rompe en olas

El cielo se rompe en olas,
pequeñas cuentas de un collar blanco
que refleja en el agua tu sonrisa y la mía,
demasiado ocupadas salvándose del mundo
como para poder sonreír como dios manda.

Están llenas de un beso
que borda la arena húmeda
con el sedal de los veleros,
y teje flores a la carne de los labios
para ir sembrando con ellas
la linde de nuestro sendero.

El cielo se rompe en olas
y nada haremos ya sino rompernos
de luna y de miedo,
de noche y de fuego,
como dos átomos mutuamente sostenidos
entre la quieta muchedumbre del universo.

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jueves, 27 de abril de 2017

La casa azul

La casa azul, 
la casa azul es la buena.

El hueco que ves al fondo es la cocina, 
y por esa gran ventana que da a poniente 
se colará a mesa puesta el Sol cada mañana
para volcarme en la taza el café caliente.

Y por esos escalones subiremos al tejado 
-con mimo y cuidado para no caernos- 
a divisar el pasaje lunar que se abre ante nosotros 
igual que se regala al mundo la flor de los almendros.

Sacaré las pipas, pelaremos cientos en silencio 
calculando como expertos topógrafos
cuántos metros hacen falta para crear 
la perfecta escenografía de nuestro cuento,

qué tabiques deberemos levantar cuanto antes
para detener el tiempo, en qué armarios guardaremos
los sacos de caricias con las que recargar las futuras 
bombillas fundidas de nuestro firmamento.



La casa azul, 
la casa azul es la buena,

pero las nubes oscuras por fin se marchan
y un rayo tímido viene a enseñarnos de golpe
la verdad que habíamos enterrado bajo todo 
en lo que nos estábamos mintiendo.

Observa cómo la cocina y el azul se disipan 
y todo son a nuestro alrededor ladrillos viejos;
cómo la casa en ruinas no es fin, sino comienzo,
y nada necesito contigo más que miles de proyectos.

(32)



Suena "Superlungs my Supergirl,
de Terry Reid.

lunes, 10 de abril de 2017

Lo que nadie sabe

Lo que nadie sabe,
lo que sólo sabemos tú y yo
es que la luna antes era llena,
colgaba repleta, henchida y bella
cada día de la bóveda azul.

Hasta que un día te la pedí
y la desgarraste de un bocado,
le arrancaste por sorpresa un cacho 
para hacerme un collar con él,
me pintaste con su sangre todo el cuerpo,
lo volviste blanco inmaculado,
una radiante luciérnaga alumbrando
con su batir de alas el oscuro cuarto.

Y la luna vino furiosa y dolida a reclamarlo,
al verme tan feliz con el collar 
encontraste el valor para negárselo,
amenazó con apagarnos y al final 
tuvimos que llegar a un pacto:
una vez al mes accedió a prestármelo,
pero guardaríamos el secreto 
del cómo y el cuándo.

Y así ha sido hasta hoy, 
que sólo tú y yo sabemos realmente
lo que brilla bajo las sábanas cuando nos abrazamos,
la cuenta perdida de un collar que
-casualmente y hace mucho-
entre ellas se quedó olvidado.


(24)



Suena "young and beautiful", 
de Lana del Rey.

Una historia que no va a interesar a nadie

Esta historia habla de una mano
y un recto camino de hormigas, 
botones que la mano desabrocha uno a uno
siguiendo un meticuloso orden
del cuello al vientre, nunca al revés.

La historia habla de un vientre y una nuca
que de repente se ven expuestos,
el aire les pone la carne de gallina,
se llena la estancia de cacareos que ruedan
por el vacío sin casco y sin arnés.

Y es la historia de una manta
a la que al oído le ordenas 
lo que hay que hacer,
sabes que puedes confiar en ella,
ya te lo ha demostrado alguna vez.

Y la manta arropa a la niña, 
la cubre en silencio con cariño 
de la cabeza a los pies,
y cierras la puerta con cuidado
para que la dormida no lo pueda ver.


(27)


Suena "¿Por qué combatimos?", de los grandes McEnroe.


martes, 28 de marzo de 2017

Naturaleza (viva)


En una de tus rodillas duerme mi cabeza, 
la proteges de la luz con tus manos
(pasan sus breves vacaciones por mi pelo,
rozan tímidas, muy de vez en cuando, mi cuello).

Apartas los rayos como a moscas, y sin saber cómo 
a mi brazo se le ha enredado un gato,
naturaleza muerta de siesta y sol viva
que enmarca al fin nuestra ansiada primavera.

Nos sepultarán los restos y los huesos,
no podrán encontrarnos aquellos que viven afuera
de la burbuja cotidiana que nos cubre 
como un paraguas,

afuera de este lenguaje tuyo y mío
de diccionario ilustrado, re-escrito cada día,
por el que atracan en nuestra bahía
como barcos todas las palabras.

(21)