Fue entonces, en aquel momento, cuando lo vi claro. Ya no
eres una cuenta pendiente para mí. Con todo lo que fuiste, recuerdas? Con todo
lo que fuimos, lo que corrimos para abrazarnos, tú y yo.
Y ya no eres una
cuenta pendiente, lamentablemente ya no me duele nada que tenga que ver
contigo, aunque aún custodio - como un tesoro- un poquito de incomprensión, y mucho de palomas sin las alas rotas.
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