Es difícil decir lo que quiero decir
es penoso negar lo que quiero negar

mejor no lo digo
mejor no lo niego.

Mario Benedetti. "EL PUSILÁNIME",
de "El olvido está lleno de memoria".

miércoles, 29 de octubre de 2008

Decálogo para un amor

Este es el manual de propiedades para uso y disfrute de esta chica que está ya cansada de venderse mal y quiere empezar a hacerlo bien. Este es el día en que detallo todas y cada una de las razones por las que no te queda otro remedio, a ti lector, que caer rendido a mis pies y suplicar mis manos. No te queda más remedio que caer enamorado de mí. No puede ser de otra forma. Así que aún estás a tiempo de darte la vuelta y cambiar de entrada. Tal vez luego sea demasiado tarde si no lo haces...

1.
Jamás tendrás que esperar con los huesos ya penando de osteoporosis a que salga del baño con las mejores galas, la cara llena de antiojeras y el colorete dos grados más oscuro que mi tono natural y siempre a juego con la media izquierda de mi zapato de tacón. Porque por regla general odio que me esperen y mucho más hacer esperar, y soy veloz como el viento, y mi look es más bien natural. Sólo combino las bragas con los calcetines y me pinto los ojos de negro para que no se vean tan tristes, y me pinto los labios granates si sé que me los van a morder. Salvo eso, nada más. De modo que si para ti ser mujer implica todas esas rutinas que yo no hago, harás bien dejando de leer, porque este post no va a dar resultado contigo.

2
En raras ocasiones me oirás quejarme ni patalear por mi culo prominente o mis pechos exagerados, porque este pantalón hace tiempo que no me viene quedando bien o porque hoy me levanté con un grano en la punta de la nariz que parece no hacer juego con los tres que me recorren lo más visible de la frente, pues si bien soy cosciente de cómo soy por fuera, llevo demasiados años ya concienciándome de cuán poco importa eso como para amargarme yo, y menos aún para amargártelo a ti. Prefiero que te me cuides las palabras a que te conviertas en un tío del montón.
Así que podrás llevarme a cenar a donde quieras y cuando quieras. Prometo no pedir ensalada...

3
Porque soy una nuera deliciosa, y eso siempre viene bien... ^^

4
Porque conmigo no te faltará la risa, no temo al ridículo y la vergüenza nunca estuvo de mi parte. Porque soy tosca y burra cuando tengo que serlo si consigo con eso arrancarte una sonisa, porque no me importa contarte un chiste aunque lo haga sin gracia, porque no me importa que las muecas me afeen la cara. Cómo me vean los demás es secundario. Porque nada es rebajarme si mi único fin es hacerte un bien a ti... [Prohibido usar esto contra mí......]

5
Porque prometo no hablar sin saber a no ser que esté convencida de lo que digo, aunque no tenga ni una remota idea de qué es lo que estoy diciendo. Porque soy sensata y prometo jamás dejarte en ridículo. Porque encajo en cualquier ambiente y jamás nadie podrá tildarme de tonta ni siquiera en una sola conversación. Porque seré digna de llenarte los silencios sin tener que fingir tú que te interesa lo que digo para poder luego llevarme a la caama. Prometo que te interesará realmente...
Porque estar conmigo es una apuesta segura de que una vida feliz está garantizada.

6
Porque tengo muchas cosas que decir, y muchas formas de decirlas, y puedes escoger cada día de qué manera quieres que te hable, porque el trasfondo va a ser siempre el mismo si tú permaneces conmigo...

7
Porque jamás me rindo y nunca cejo en mi empeño si la causa es noble y el fin me impulsa. No tengo miedo a los golpes ni me funcionan las lágrimas a modo de barrera, ni va conmigo esperar en casa a que me vengan a buscar las cosas.

8
Porque soy noble y fiel e incondicional hasta la médula. Porque una vez entras en mi vida ten por seguro que aunque tú salgas la huella se queda hasta que yo desaparezca.
Así que piénsatelo bien si no te gusta dejar pistas...

9
Porque no tengo doblez alguna, porque tengo el corazón lavado en perlán y aún está suave y lleno y esperando,porque lo que digo me lo creo,porque lo que creo lo hago, porque jamás robé un lápiz, ni he conseguido dormir nunca al soltar una mentira hasta que con las mismas la deshice o la pagué.
Porque soy transparente.
Porque jamás te haré daño si no me lo hago a mí primero.

10
Porque en un beso pongo el alma, y en una caricia se me va la vida, y jamás, jamás,jamás se me gastan ambas...


Y si con estas razones no te has enamorado, dedcididamente me acabas de joder el post...

¿Escribir sobre qué?

Voy a hacer un ejercico de autocontrol y desterrar los tús y la segunda persona del singlar de mi vida y vocabulario, así como la del plural cuando se usa para generalizar y hacer referencia a un conjunto de seres que normalmente llenan mis horas cerebrales, generalmente amargándolas, raramente para algo bueno que no haya podido conseguir yo por mis propios méritos.

Y ahora ya no sé sobre qué escribir..... :s

...

¿Y qué hago ahora con las palabras que escribo y que no te mereces?

martes, 28 de octubre de 2008

Mi eterna penitencia

Hay nombres que responden a personas que guardé bajo la ropa interior para que nadie los descubriera si le daba por fisgonear. Al final siempre asoma alguna letra, no hace falta que sea en momentos embarazosos. Con que la vea yo cuando voy a abrir el cajón y escoger qué cosa voy a calzarme hoy es más que suficiente.
Eso me pasa por no tirar los nombres a la basura y empeñarme en creer que soy lo bastante madura para convivir con ellos.

La verdad es que ambos sabemos qué pasó entre tú y yo y a la misma vez no sé que te corría en la sesera cuando hiciste lo que hiciste, cuando te dio por comportarte como te comportaste, ni por qué dejaste de ser cuando precisamente fuiste tú quien me presionó para que te abriera un hueco en mi vida, casi a la fuerza. Yo era feliz hasta que llegaste tú. Yo era feliz con él. Aún así quise ser feliz contigo, y estaba empezando a serlo...

No estoy orgullosa de lo que hice, auque es cierto que en aquellos momentos eras especial. Me la quise jugar contigo, de forma velada pedí permiso a la autoridad competente para pedir una excedencia que me llevara a ti y así tantear el terreno de tu casa y ver si realmente eras tan bueno como aparentabas. Y ya tenía planeada la manera de decirle a él a su vuelta que mejor era rescindir un contrato que a todas luces palidecía al lado del que me ofrecías firmar tú. Y afilé la punta de mi boli con todas sus consecuencias. Y aquellos besos fueron especiales hasta que dejaste de serlo y empezaste a hacer que no conciliara el sueño, que los remordimientos
se me colaran entre la sopa y me sintiera sucia, podrida y acabada por hacer con impunidad aparente lo que despreciaba antes de que llegaras tú. Utilizada y abandonada.Y conseguiste que me volviera desconfiada, y me has dejado un trauma que no se quita ni con amoníaco perfumado, y aún no sé por qué lo hiciste.

Porque al final cambiaste la promesa de una noche con Morrissey y una guitarra con piano por silencios sin justificación, y cogiste mi corazón y un cuchillo carnicero y lo hiciste trocitos milimétricos que fuiste usando para taponarte los agujeros de las habitaciones. Nunca me diste la canción que tenía mi nombre, y que tenía tus letras que sólo hablaban de mí. Y desapareciste como si tuvieras algo que esconder y yo hubiera sido una muñeca estúpida que usaste aún no sé ni con que intenciones, aún no sé si con premeditación.

Y escribir esto y escribirte a ti me abre la herida que ya ni me dolía. Pero hoy has aparecido como una ráfaga, y me toca pagar de nuevo, por si no pagué ya bastante. Me toca hacer penitencia para que quede vivo en el recuerdo y en la piel y en los rincones que no puedo repetir lo que fui. Que me avergüenzo de las prisas y de los roles regalados y de la voz que nunca levanté y que se me pudre hoy en la garganta, y de la mano que tendí a destiempo, y de la debilidad que me vestí en los cafés, y de haberme dejado ganar por una voz como no hay otra, por unas palabras huecas pero jodidamente hermosas.

Quién me hubiera dicho cuando entraste que nuestro último encuentro lo harían los intermediarios, y que nuestras últimas palabras ni siquiera las diría yo.

Y a pesar de todo sigo con mi vida, y aunque no me creyera capaz puedo mirarla de frente, y ya no me siento sucia porque conseguí limpiarme, y ya no quiero pensar si te habrás limpiado tú, si realmente has sido consciente alguna vez de cuantísima mierda has llegado a llevar encima.


Y no hablo de la compartida.

Oraciones sintácticas

Superpuestas las figuras cuando cae la noche,
Yuxtapuestas cuando se hace el día,
o cuando el gemido ya se fue
y revolotea el cansancio de haber hecho la cosas,
y haberlas hecho bien.
Coordinadas tu esencia y la mía en una cama,
y en un bar,
y en una calle que está deseando vestirse de tus formas
y prenderse en ella tu recuerdo,
para hacerme daño cuando no estés,
para ponerme una sonrisa cuando me hagas falta.

lunes, 27 de octubre de 2008

Puntos cardinales

Voy a vomitar en el teclado que al Norte solo hay pinos deshojados a traición, que en el Sur se me quedaron los casquetes de las botellas vacías, que en el Este hay un espejo que refleja un Oeste donde el armario se quedó sin ropa. Y en el centro está este ser apático que hace tiempo que no sale a jugar porque las muñecas se le desconcharon, y los complementos se le fueron perdiendo por el camino y las barbies en realidad nunca le gustaron porque están siliconadas.

Ni Norte ni Sur ni Este ni Oeste me sirven ni los quiero, en el centro me quedo, y voy a escavar un túnel que me lleve a la antípoda exacta a ver si allí tengo hueco en los pulmones y deja de pesarme la cabeza.

Porque la opción B es que me saques a la calle....

Voy a hacer todas estas cosas...

Voy a construir un puente de mi casa a la tuya para cruzar de noche cuando no me mire nadie. Es cierto que no soy arquitecta, pero he conseguido recolectar linternas de colores para alumbrarme las alturas.
Voy a cargarme la mochila de taladros y clavijas para desatornillar tus ventanas y con ellas empapelarme la habitación, y así poder meterme dentro de tu cama sin permiso y con impunidad, a ser posible cuando estés dormido, y cuando estés durmiendo, para acurrucarme de la misma forma que estás acurrucado tú, y así poder creerme durante un rato que estamos durmiendo juntos.
Y voy a alquilar todas y cada una de las casas que den su fachada a tu fachada, para llenarlas de telescopios y prismáticos y así poder observarte hasta hartarme, si es que eso es posible, que lo dudo mucho.
Y voy a llenarme las habitaciones de comida en conserva para no salir mientras tu no salgas, y voy a comprarme un traje de camuflaje y zapatos sin tacón para seguirte cuando te vayas.
Y voy a pinchar la antena de la televisión por cable de tu casa, y todas y cada una de las emisoras de la radio, y voy a aparecer de cintura para arriba en todas ellas con traje de chaqueta y fondo de telediario para repetirte que te quiero y que te quiero y que te quiero, aunque no me conozcas, y aunque yo no te conozca, para que te vayas quedando con mi cara y con mi voz, y así las reconozcas cuando la veas y la oigas, y así me puedas tocar en el hombro y decirme “aquí estoy”, y yo te diga “te lo dije” porque al fin será verdad.
Y voy a comprarme unas gafas de sol para no guiñar los ojos cuando me mires a la cara, para no ponerme fea, y para que tu cara se refleje en los cristales y tenga tres pagando uno, y pienso echarle fijador a los cristales negros para llevarme el recuerdo de tus caras conmigo, y guardarlo en la funda apenas sin mirarlo para que no se estropee más.
Y voy a comprarme una caja de madera barnizada para guardar las cartas que te pienso escribir y que aún no quiero que leas, y voy a perfumarlas de colonia natural, para que no te enteres cuando las huelas, hasta que no me dé la gana de sacarlas y plantártelas en la cara, y decirte que están ahí para que sólo tú las leas, y que el remitente lo tienes enfrente adornado con lazos de colores y envuelto en papel celofán, esperando que lo abras, esperando que te lo quedes porque de la tienda se escapó.
Y voy a fingir, y a sentir realmente, que tú eres el centro de mi vida, y que todo parte de ti, y hasta ti llega, y que contigo lo es todo y nada quiero si no es así.
Y voy a decidir que ya tengo decido que me apetece que estés conmigo.


Porque hoy me apetece sentir que siento algo...

domingo, 26 de octubre de 2008

A mi muy querido Raya...

Yo quise arrancarme la piel a trozos para que nadie viera que tenía escrito SEÑORA en la cara. Yo empecé a envidiar los cuerpos de apertura fácil y reposo tardío, los estertores orgiásticos que siempre me parecieron fuera de contexto y poco dignos de merecer un lugar por encima de los ideales neoplatónicos que simpre me he vestido antes de salir de casa, e incluso dentro, pero que parecían ser lo último en modelos de obtener felicidad.
He empezado a fingir conductas que he ido anotando con dedicación infantil en una libreta que llevo encima a todas horas. Finjo que puedo cambiar y hacerme perfecta picoteando de todos sitos. Sólo hay que dejar llevar el cuerpo y fingir que la felicidad es ésa. Eso pensé después de que todo se me cayera encima una tarde tonta. Mi pequeño big ban.

Y entonces apareces de sorpresa, y antes de tener nombre y apellidos y localización exacta, dotas a la palabra SEÑORA de una dignidad, de una clase y de una belleza que ya no recordaba que tenía, si bien un día sí lo supe.
Y haces, consigues en tan poco tiempo, con tan pocas palabras, hacerme sentir tan bien.. A ti que no te conozco, tú que ni me conoces, que no podría catalogarte de amigo porque nada hemos compartido salvo horas que tachamos de tiradas a la basura, pero que me aportan seguridad en mí misma y ganas de ser más yo y menos otras...

Porque regalarme maravillas en forma de canción, en forma de plabras, es lo menos que has hecho, y mucho más de lo que los más de los míos pueden hacer.

Porque me pones trajes que me encantan, y consigues que me crea que realmente son de mi talla, y en el fondo me da miedo que todo sea mentira y me los arrebaten de golpe, ahora que me estaba acostumbrando. Pero no tiraré a la basura tus consejos, ni caeran en saco roto tus palabras. Prometo ir poco a poco pero con paso firme, y es gracias a ti, a ti que no te haces ni una idea aproximada de el papel que supones en mi transformación. Porque no te puedes dar cuenta.

Y gracias es la única palabra que se me ocurre, aunque se me quede corta ya incluso antes de salirme de la boca....

GRACIAS, Raya.....
Muchas gracias :)

Andrés Suarez. "No te quiero tanto"

"(...)
Qué hacemos de los dos ahora
que ya me quiero un poco..
(...)"

No te quiero tanto....

Nada a lo grande

No haremos nada a lo grande porque no hace falta.
Porque desde mí hasta ti, pasando por todo lo que nos rodea,
está iluminado por los colores del infinito,
y todo tú y toda yo estamos disfrazados de la promesa de un mañana,
y de ti y de mí y de todo lo que es ajeno a nosotros depende
que nuestro sino sea lo que debe ser,
o se quede en el camino perdido y abandonado,
lloroso y derrotado.

No haremos nada a lo grande,
porque todo lo que tocas ya es enorme,
porque todo lo que miro se agiganta.

No haremos nada a lo grande porque no hace falta.
Porque con estar nos basta...

Te echo de menos...

Mejor será que tenga el buen tino de poner una canción lenta que amanse las fieras, que me relaje y me calme, pues ciertamete este maldito ordendor me está poniendo enferma. Tantas horas frente a él, sin contar ya el hecho de que se apague por momentos, y que la amenaza de perder lo que hago a cada instante me tenga el alma en un puño, y el cerebro al borde del colpaso, de una rotura nada sexy, sin duda alguna.

Mejor será que me ponga el pijama y me sepulte bajo las sábanas, para así poder evitar pensar en qué lugares me gustaría estar ahora mismo, en torno a qué brazos, rodeada de qué paisajes. Se me sale la vida por la boca ahora mismo, no hay cuerdas que me aten al sofá, ni hay clavos que impidan que el suelo se me despegue y se me caiga hacia abajo, no hay grúa que consiga levantar los millones de trozos de hierro que se me están cayendo en la cabeza , y no dejan rasguños que tú puedas ver, pero pesan como mercurio líquido. Ya no aguanto este aire viciado. Y no quiero llamar a nadie, no quiero aguantar a nadie. Aún así algún afortunado recibirá hoy un mensaje, el que mejor se porte.
Porque me da la gana.

Y esque hoy no quiero un revolcón con nadie, ni siquiera cariñoso. Ni quiero un cine. Ni salir a quemar las naves. Hoy sólo quiero que me entiendas. Que me sueltes el tapón y se salga este aire que me va a hacer explotar de un momento a otro. Quiero que me recuerdes que no estoy sola, que un café contigo lo es todo, y todo palidece si tu no estás aquí para debatirlo conmigo. Necesito que me guíes, necesito que me cojas de la mano, o que te quedes atrás viéndome andar a mí, aunque me pegue de bruces contra la pared. No importa. Luego lo comentaremos, lo prometo.
Ahora que ya bebo cerveza, que podríamos emborracharnos como cubas sin tener que quitarnos la ropa porque estamos a otro nivel, siento que me cuesta respirar de lo mucho que te echo de menos, sinvergüenza.

Porque te quiero mucho, patillas...
Porque eres mi mejor amigo.

viernes, 24 de octubre de 2008

Vete...

Prometo echar de menos los momentos buenos. Prometo recordarte con cariño.

Pero quiero que te vayas. Ya no aguanto más estar contigo... Ya no puedo ser más sin callarme, y sabes lo mucho que me cuesta hablar. Ya me cansé de aguantarte todo. Realmente no puedo mirarte con objetividad....

Y si tú no te vas por tu propia cuenta, tendré que escaparme yo por la puerta de atrás, como los cobardes, como lo que soy...

Pero no me queda otra.
Ya no te soporto...

Terapia II: De choque...

Me niego a gastar un minuto más en pensar las consecuencias derivadas de mis actos. No me dio la gana de pensar qué pasaría mañana cuando entraste ayer. Sólo me importa el imperativo de esos rizos tuyos en esa hora tonta. Me da igual si me llamas, si no, si quieres repetir, si dejas de hablarme, si te me enamoras. Todo me resbala como si estuviera untada en vaselina... Y me encanta esta sensación. Los palos hace tiempo que han dejado de dolerme. El amor propio me crece como espuma por momentos, y comprendo que ninguno de vosotros merece más de lo que yo quiera darle, porque siempre hay uno de repuesto. Y la diferencia siempre es mínima.
Me curo de mis sueños a base de destrozarlos, me vuelvo fuerte derribando aquello que defendí, para poder volver a construirlo de manera más real, más sobria y más madura, sólo cuando sea necesario.

Así que no lloréis por mí, que yo ya no pienso volver a hacerlo...

miércoles, 22 de octubre de 2008

Terapia I: Imágenes...

Cuando esté desganada y harta de la vida y el día me pese y la noche ya ni me apetezca, limítate a abrazarme, a estrujarme con los ojos cerrados, a ponerme esa sonrisa pánfila en la boca que se me queda pegada al menos durante quince segundos, agarrada con pinzas a las comisuras. Y arrúllame como a los niños, y ronronéame como a los gatos, y tócame como los hombres, y cállate como los mudos, y háblame como las cotorras , y escúchame como las paredes...

Sé que tú, sin proponértelo, eres capaz de eso y mucho, mucho más.

Te basta con estar...

martes, 21 de octubre de 2008

Maldita seas, estúpida víbora...

No sabes el tiempo que llevo preparándome para el momento en que me pidas ayuda poder negártela, para demostrarte que realmente te desprecio, que me repugnas, que no soporto que te me pongas cerca y me hables con esa voz repipi que se me clava entre ojo y ojo y me perfora las entrañas. No te soporto, y por fin me podré vengar. Te tengo a mi merced. Me necesitas. Vienes mendigando y me mendigas. Ahora es el momento. Ahora por fin podré decirte NO.

Pero no puedo.
No puedo.
Te veo acercarte y no puedo negarte lo que me pides. No me cuesta nada echarte un cable, explicarte lo que no sabes y yo manejo de sobra. Con qué estúpida jutificación puedo convencerme a mí misma de que estoy siendo justa, de que realmente tengo razones suficientes para dejarte tirada. Sí, Te odio. Pero eso no me basta. Yo no soy así. Yo no puedo verte muriendo, no puedo verte desangrada y mirar con sonrisas. No me queda otra que ser como soy y aceptar que los NO no van conmigo.

Así que estás de suerte, querida. Todo te va de vicio, como siempre. Hasta en esto tienes más suerte de la que te toca.

Pero al menos siento que no pierdo en esta ocasión.
Porque hay veces que un NO mancha más que ayuda.
Y espero que ésta sea una de ellas...

lunes, 20 de octubre de 2008

Muñeco de barro

Pienso construir un muñeco de barro a tamaño natural. Lo colorearé del círculo cromático y solparé como si pudiera darle vida, como si fuera Dios.
Y le sentaré a la mesa para que coma a mi lado, como si de verdad tragara. Y le coseré ropa y le vestiré, como si de verdad él sintiera que la lleva. Y le hablaré como si me escuchara, como si me entendiera. Y le besaré hasta llenarme de tierra la boca, hasta mancharme toda de las formas perfectas que yo esculpí.
Y me ducharé con él, abrazada a él, como si nos quisiéramos todo y más, como si la ducha fuera lluvia... hasta que el agua le deshaga y se vaya por el desagüe, y ya sólo quede tierra a mi alrededor...

Resurrección...

Soy tan variable como una veleta en plena racha de viento agresivo, en pleno ataque de locura transitoria que parece ser crónica, definitiva. Pero una vez al mes tengo clarividencias inusuales y todo cobra sentido de golpe, y todo es tan jodidamente sencillo que no puedo sino reírme por lo mucho que me complico la existencia el resto de los días en que no puedo ver así...

Y la clarividencia que toca en este fascículo de doce meses doce causas no es otra que, como bien dice mi amigo Raya, ¡QUIEN NO TE QUIERA QUE SE MUERA!.
Porque ya me encargo de rellenar los huecos con todas las cosas que hago mal, con todo lo que me hace daño de mí misma, lo mucho que quiero cambiarlo todo. Pero no me cambio por ninguno. Realmente no me cuesta estar conmigo, convivir conmigo. De ser de otra forma probablemente se me haría irrespirable. Y eso e sya decir mucho, viniendo de mí..
Y si tú no me ves, si tú no me sabes leer, entonces es que no hablamos la misma lengua, no vivimos de las mismas cosas, no vamos hacia el mismo sitio, y por lo tanto cuanto antes te apartes antes me harás un favor.

Porque hasta ahora todos vosotros habéis jugado con ventaja. Os habéis nutrido y aprovechado de que estoy perdida en el medio de la nada, de que siento que mendigar es lo menos que puedo hacer si el premio es un estar conmigo, en cualquiera de sus acepciones, en cualquiera de los ámbitos. Y es que aún no sé sacar hacia fuera lo que tengo dentro. Pero llegará el día en que entenderé, las clarividencias pasarán de ser eventuales a convertirse en estado natural, y entonces os daréis cuenta de lo que siempre fui y nunca visteis, porque entonces no lo vi ni yo. Y por fin seré una mujer, con todas las letras y consecuencias. Una mujer como siempre he soñado. Me saldrá solo, lo sé. Es el camino que me he trazado, sin yo saberlo. Y no hay otra. No puede ser de otra forma...

Así que ya podéis empezar a prepararos, a desenfundar gafas de sol, que el brillo que pienso depender corre riesgo de cegar a más de uno, y que así sea...


(Y gracias a los que de un modo u otro me intentáis meter en vena estas palabras con infinita paciencia, no sabéis en qué medida contribuís a hacer que esto sea cada día menos mentira...
David-camarada, sin palabras para ti, que has hecho tanto...
Rayaaaaa... apenas conocido, pero siempre ayudándome a dejar de ser idiota..
Jesús, entendiéndome, que es más de lo que nunca creí que pudiera tener con alguien..
Y a todos los que me quieren y hacen que me sienta especial. Poner nombres es lo menos que puedo hacer por vosotros. Pero no quiero correr el riesgo de dejarme a nadie en el tintero... Algún día.Gracias, gracias, gracias...)

domingo, 19 de octubre de 2008

Raúl

Justo cuando el camión de la basura estaba ya cogiendo el contenedor abarrotado de historias que murieron antes de empezar, (el rojo creo que es, o el negro, no lo recuerdo bien..), el contenedor de historias como tú, cruzo la puerta del bar donde jamás te hubiera esperado. Y allí te encuentro. Y allí estás ,como siempre, llenándolo todo con ese aura que quizá yo sólo vea. Pero que me ciega. Después de ti ya no hay otros. Nunca. Te me clavas en la retina como una transfusión, te me agarras adentro y te desparramas como un tumor. Y me encanta. Me encantas de tal forma que aunque no te tenga no puedo sino sonreir. Sólo con verte ya estoy ardiendo. Infinitamente desgraciada. Pero ardiendo...

Y precisamente porque me gustas a rabiar no me queda otra que mirarte con frialdad, que erguir el pecho y clavar mis ojos en tus ojos, como si no me quemaras, como si no me dejara fuera de combate tu manera de fumar, tu forma de mover los labios. Labios que ayer servían para más cosas. Labios que hoy sólo sirven para rubricar barreras. Barreras que pusiste hace unos días, y que yo acepto con fingida dignidad, como si no me importaras nada. Como si no hubiera vuelto a pensar en ti. Como si no te recordara en absoluto...

Y en este estúpido teatro me obligas a tener el cuello recto, me obligas a girar los ojos 180 grados, sin que lo notes, para que no me mires mirar, para que veas que esta yo no te necesita, ni te quiere. Aunque no te deje de observar. Aunque no le dejes de doler...
Y tú no necesitas fingir,o finges porque es lo que toca. Cómo saberlo. Para qué saberlo, si ya no eres...

Así que ahora que la luna cedió su turno al día, y estoy más relajada porque tu cuerpo no me tienta, me pongo el chandal de estar por casa, para salir a la acera de enfrente y depositarte de nuevo en el contenedor, de donde nunca debiste haber salido.

sábado, 18 de octubre de 2008

Si me coges de la mano...

Esta vez lo que haces es cogerme de la mano al caminar. Que no te dé verguenza dejar al mundo que vea que nos queremos, que juntos no nos puede nada. Que tus dedos en mis dedos son pura gravedad.

Esta vez hace mucho mucho frío, y no te queda otra que abrazarme fuerte, que crujirme el aliento en el pecho, que cubrirme la cara con tus manos. Es más fácil protegérmela que descongelarla. Hoy no te queda más remedio que comerme con los ojos, hoy lo necesito. Y lo mejor de todo es que para ti hacerme feliz es puro vicio...

Cuando llegas a mi cuarto, apago la luz y tú haces el resto...


Es mentira, lo confieso.
Esta vez me lo he inventado todo.
Pero...
¿Qué más da?

viernes, 17 de octubre de 2008

Hoy....

Hoy pasé por la calle por la que normalmente se me revienta una costilla. Me late demasiado fuerte. Pero bueno. Late ya muy poco.

Hoy tiré de agenda. No hay plan para esta noche. No hay nada que vaya a sacerme hoy del tic tac de un sofá ya descolorido. Tiene la mancha de mi cuerpo, de mi ordenador, de las horas tiradas a la basura, sin poderse siquiera reciclar.

Hoy cené demasiado. Comí demasiado. Y me ha venido la regla. Me pesa la vida de cintura para abajo, de rodillas para arriba.

Hoy recuerdo cuando el tipajo aquel de pelo engominado, cuyo nombre no recuerdo, me dejó porque tenía mucho que follar, que beber. Me hace gracia pensar que dudo que haya podido hacer más de lo que he hecho yo. Es imposible, y no deja de ser cómico, ¿verdad? Tengo la mente, el cuerpo y el alma más usados en un mes que en toda mi vida. Pero bueno, a mí estas cosas no me dan ni frío ni calor. Siempre he premiado la calidad a la cantidad, la estabilidad a lo eventual. El morbo nunca fue conmigo...

Hoy me he dado cuenta de la cantidad de hombres que han muerto en la guerra últimamente. Podría buscar los cadáveres y darles sepultura, como ferviente viuda que me gusta ser. No sé, llorarles un poco. Dedicarles un epitafio de melodramático amor superficial. Pero bueno, mejor así... Lo mismo mañana descubro que están vivitos y ensartando sus espadas en carnes más frescas, así que mejor dejarles hacer. Porque yo soy una señora... Me lo ha dicho un amigo hace poco... :)

Hoy me han ofrecido un puesto de bufón en la corte de la Señorita Femenina y el Caballero Neoviril, bellíiiiiiisimos ambos. Ken rubio y Barbi malibú. No hace falta llevar el uniforme. Basta con hacer el ridículo y entretener a sus altezas, que reirán protocolariamnete, disfrutando del show tan campechano, tan de andar por casa, dedicándose entre acto y acto miradas de arrobada admiración (esque son tan guapos ellos....) para luego retirarse a la alcoba adornada con plumones de ave celestial. El bufón se retira a casa con la cara aún pintada, y de premio le dan palmadita en la espalda y un "no hay nadie como tú". No. No hay nadie como yo. Pero tú aún no lo sabes. Yo aún no lo sé. Pero en eso estoy...

Hoy dejé sin aliento mi habitación, sin hacer nada. Sin esfuerzo. Sólo tuve que abrir la boca y respirarlo todo. La limpieza la dejo para otro día. Hoy estoy de un profundo usual, hoy me toca comerme la cabeza, hacer rebanadas de masa encefálica y congelarlas para las vacas flacas que nunca llegan. En mi cabeza nunca hay crisis. En mi cabeza siempre hay tema.

Hoy escucho canciones que nunca imaginé pudieran escribirse. De dónde sacará la gente esas ideas. Como podrán juntar las palabras de ese modo. Cómo pueden calarme tanto. Me dan la vuelta, me dejan hecha un trapo, arrugada y exhausta.
Hoy me propongo apuntar las frases que más me llegan. Si no supero el cupo máximo de plagio podré juntarlas todas y hacer la canción del siglo. Debería serlo, estadísticamente. Perfección más perfección más perfcección debería ser igual a prefección triple, ¿no? Así lo aprendí yo en Matemáticas, y por aquel entonces aún miraba las pizarras.
Pues no. Dicen que el cuerpo humano tiene límite de placer. Seguro que la canción no funcionaría. Seguro que tanta belleza junta hace que pierda la gracia. La vida no te lo permite. El cuerpo no lo aguanta..

Hoy me iba a pintar los morros de color amapola. Pero siempre me los hacen quitar porque parezco una payasa. Eso dicen. Una payasa. Que rabia, que hastío, que pereza, tener que explicarme, tener que darme cuenta cada día que la gente no comprende nada. Los códigos ya están obsoletos. El mío no se entiende. Es ser payasa. Pero no quiero gastarme la boca. Mejor me los borro y finjo que así estoy más guapa, que esa también soy yo. Aunque se me vaya la mente al color que me han quitado, al color que no me he traido. A la yo que se quedó en casa esta tarde.

Hoy estaba escribiendo un último párrafo como colofón, este último párrafo para ser más exactos,en un tono semi-emo. Algún final depresivo-inmpactante, registro puramente literario, para vuestra información, pues de emo tengo poco... Estaba escribiéndolo cuando un amigo de complexión fuerte y mirada relajante, que duerme boca abajo muy gracioso (;P ) me ha pasado una cancioncilla endiabladamente tierna. Así no me puedo concentrar, jolines. Así no hay más remedio que bailar, y reir, y desear ser feliz a toda costa.
Maldito seas, JaBibi, hoy me has puesto contenta, muy contenta... :)

jueves, 16 de octubre de 2008

Tintes y apariencias

Esta mañana me he tintado el pelo. Lo que un año loco fue rojo pasa a ser negro. Es una de esas crisis que pasamos las mujeres tontas, las que creemos que tenemos la necesidad imperiosa de decir con el cuerpo lo que la boca no nos deja, lo que con palabras no nos sale.

Y no sé qué pretendo decir con estos pelos. No sé que pretendo hacer de mí. Creía que estas crisis estaban superadas. Cada mañana me acuesto ratificándome en mi yo, en que soy como soy y ya no quiero darle mas vueltas. Y a la mañana siguiente sigo siendo el mismo pájaro de alas rotas que se caga de miedo sólo de pensar en que tiene que salir del nido. Así que me tinto el pelo, que es más fácil.

Pero a veces, las medidas más tontas son las más eficaces. Tintarme, en cierta forma, es para mí un salto.
Cobarde. Pero salto.
Y hoy me siento guapa a rabiar.
Sexy a rabiar.
Soy capaz de comerme el mundo.
Al menos hoy...

¿Qué hay de malo que el color sea falso?
¿Si esta yo nueva soy yo ahora?. Qué hay de malo en que me ayude a dejar de ser idiota?

Cierto que el problema es mío. Cierto que lo tengo dentro.
Lo bueno es que tú sólo me ves por fuera....

Amapola, linda amapola...

"El decir a un fumador en estado continuo de euforia que se está degradando equivale a decirle a un pedazo de mármol que está siendo deteriorado por Miguel Ángel, a un pedazo de tela que está siendo manchado por Rafael, a una hoja de papel que está siendo emborronada por Shakespere o al silencio que está siendo interrumpido por Bach".
Jean Cocteau: Opio: el diario de un adicto




"La adormidera [véase Amapola] produce una droga, de la que se dice cura, aunque mata como un sable…" Esto aseguraba el célebre médico chino Li-Shi-Chang allá por el año 1578. Tres mil años antes médicos egipcios ya habían enumerado cerca de 800 remedios, la mayoría de los cuales contenían semillas de adormidera.
El origen de su cultivo parece encontrarse en el Mediterráneo. Los sumerios lo utilizaban con fines curativos desde el 3500 a.C. Se piensa que de allí se extendería su empleo entre los egipcios y los persas. Posteriormente los navegantes portugueses lo llevaron a la India y en el siglo X a China. En la actualidad crece prácticamente en todo el globo terráqueo.

Esta planta fue introducida a México por los españoles. Allí se le dio el nombre de amapola y comenzó a utilizarse como narcótico para producir sueño, especialmente en casos de dolor severo. De hecho hoy en día las personas dedicadas a la herbolaria en este país y en todo el continente continúan recomendando su uso, a pesar de la prohibición.

Las semillas se siembran entre octubre y noviembre, y su floración se produce en primavera. La planta tiene un tallo hueco y fistuloso cuyas ramificaciones llegan a medir hasta un metro y medio de altura. Cada rama termina en una flor ovoidal blanca o roja (según su variedad). A finales de marzo las flores se abren, y llegado el tiempo de maduración, conforman los frutos: cápsulas de unos 3 cm de alto en cuyo interior se encuentra la semilla junto con una sustancia de color blanco. Éstas cápsulas se rayan con cuchillos especiales para recolectar el jugo lechoso que despiden, el cual, al contacto con el oxígeno se va oxidando y adquiriendo un tono marrón. Las hojas son levemente venenosas para los animales herbívoros. Sin embargo, las semillas son inofensivas y a menudo se utilizan como condimento y en bollería, las partes verdes frescas se consumen como verdura y los pétalos se usan para elaborar siropes y bebidas no alcohólicas. La savia, pétalos y cápsulas contienen rhoeadina, un alcaloide de efectos ligeramente sedantes, a diferencia de la variedad Papaver somniferum
El nombre genérico de la adormidera o amapola es Papaver. Esta planta contiene 24 alcaloides conocidos y la mayoría de ellos se utilizan con fines médicos. Su variedad más productiva es la somniferum, aunque se cultivan también clobrum, septiferum y bracteatum debido a las distintas concentraciones de los alcaloides que se busque producir. Los principales son morfina, tebaína y codeína.
La adormidera y sus derivados, los llamados opiáceos, forman parte indispensable de la farmacopea desde su origen mismo.

Como droga recreativa el opio también ocupó un sitio de honor entre los más ilustres consumidores de psicoactivos prácticamente desde el origen de su utilización terapéutica. No obstante, el consumo de opiáceos en un contexto extra farmacológico, tuvo que esperar a que llegar la llamada revolución de las drogas.

Yrespecto a sus propiedades mágicas, tradicionalmente, se ha utilizado en hechizos de fertilidad, amor, dinero y suerte. Seguramente por su poder sedante, se asocia a la adivinación en los sueños.
Una antigua "receta" dice que al echar semillas de amapola en la comida de la persona amada, ésta cae rendida de amor; claro, que no sabemos el tipo de amapola empleado, ni la cantidad de semillas utilizadas. Tal vez, la explicación está en que la persona objeto del "hechizo" está a continuación demasiado atontada, como para defenderse....


;)

miércoles, 15 de octubre de 2008

De subjuntivos y pretéritos

Diría que sólo estoy cómoda cuando me entierro entre pretéritos y subjuntivos. Podría desterrar sin mayor dilación el resto de tiempos verbales fuera del diccionario, para nada me sirven. Yo sólo me alimento de los fues, de los idos. Yo sólo sueño con los y si. Bonita forma de vivir, constantemente escondida, constantemente cargando.

Diría que soy el tipo de persona que tropieza una y otra y otra y otra vez con la misma piedra. Podría firmarte ahora mismo que he aprendido la lección. Sabemos ambos que nunca lo consigo.
Y me caigo y me río de mi misma. No deja de ser cómico. Me hace gracia ver cómo puedo ser tan torpe. Tan cabezota.
Cómo me empeño en meterte a tí en el hueco que te he preparado. Aunque sea con calzador.
Si no cabes la culpa es tuya.
Si no cabes la culpa es mía, porque estoy goorda.
Jamás caeré en la cuenta de que el fallo no es otro que prediseñarte. Ya te lo he dicho, nunca fue conmigo aprender de los errores.

Me empeño. Me empeño en que las cosas tienen que ser como yo las veo. Cuándo entenderé que el mundo no se adapta a mí. Soy yo la que debe adaptarse al mundo. Soy yo la que, sustentada por subjuntivos, y pretéritos, se resiste a sintonizar la única onda que se oye bien.

Pero pienso seguir tropezando.
Voy a tropezar hasta que de casualidad entres en el hueco.
O hasta que me abra la frente contra el suelo.
Diría que nunca fui de dejar las cosas a medio. Y dudo que algún día lo sea.

Ya ves, esta historia va de subjuntivos y pretéritos.

Y de porrazos contra la pared....

martes, 14 de octubre de 2008

Cometa

No me importa ser cometa
y dejarme llevar,
y sentir que me pierdo
entre las nubes
si tu estás abajo
para sostenerme,
para sujetarme y darme cuerda
cuando yo te lo pida,
y sin que te lo pida,
para velar mis sueños
de libertad,
como si fuera tu niña pequeña,
como si tú fueras feliz
viéndome feliz a mí,
volando.

Poco me importa
si viene un golpe
de viento,
o si un rayo que no esperaba
y que no vi venir
me rompe la tela en pedazos,
y caigo al suelo
hecha una mierda.

Poco me importa,
porque tú no eres de los que dice
te avisé.
Tú eres de los que saca hilo y aguja
y me cose las heridas
en silencio.

Por hoy ya he volado suficiente.
Lo que queda de día,
quiero pasarlo
con los pies en la tierra.

Lo que queda de vida,
quiero pasarla
contigo...

La vida no es vida si...

La vida no es vida
si miro el otoño
sin un gorro de lana
para cubrir los malos pensamientos,
sin un abrigo rojo
para calentar mi cuerpo,
sin una bufanda
que finja ser un beso,
de amor siempre,
y para siempre.

La vida no es vida
sin historias detrás.
La vida no es vida
si no hace frío fuera,
si no estás tú
para meterte
dentro del abrigo rojo,
debajo del gorro de lana,
rodeado por mi bufanda laaaarga,
larga para dos.
Para meterte dentro
y abrazarme entera...

La vida no es vida
si no puedo morderme las uñas
pensando en ti.
Nerviosa.
Taquicárdica.


No es vida la vida
si le encuentro un sentido
que no tenga que ver contigo...

Distintas formas de desplazamientos.....

Caminar en círculos , dicen.
O en espirales, si tienes suerte.
(Ir en línea recta sólo lo consiguen los listillos que no se paran a mirar atrás nunca).
Zigzaguear a drede, o sin querer.
Cruzar líneas constantemente, sin saber en qué lado estaba, en cuál estoy ahora. Sin estar segura de si realmente son dos sitios distintos, o soy la misma yo.
Tropezarme constantemente, normalmente de culo, preferiblemente cuando hay gente mirando.
Detenerme porque la mochila pesa demasiado.
Correr porque tengo prisa.
Escuchar música sientiendo la calle diferente.
Recoger amapolas de entre el asfalto.
Andar sobre mojado.
Y bajo mojado.
Mojada siempre.
Así es como más me gusta...

Da igual cómo camine.
Según el día sólo me importa llegar.
Según el día lo importante es el trayecto.
Según el día hoy no tengo ganas de andar.

Lo bueno es que hay muchos, muchos días.
Y voy a andarlos todos...

lunes, 13 de octubre de 2008

Donde quiero estar..

Donde quiero estar
es justo
al volver la esquina
que lleva a tu boca.

Donde quiero estar es justo
en la portada del libro manido
que no abres
porque siempre te detengo.

Donde quiero estar
es donde no hace falta
ponerse la ropa
para salir de la cama,
ni ponerse mentiras
para hacerme entrar,
ni tener que autoconvencerme
para sentirme querida.

Básicamente,
donde quiero estar es justo detrás de ti,
para cuando menos te lo esperes,
rodearte todo...


Así que tú cuídame los soles,
que yo velaré tus lunas...

Tú..

Me apoyo en la barra de un bar
libremente escogido,
donde suena una música
a la que apenas presto atención,
porque tú estás enfrente.

Me rodeas la cintura.
Acaricias mi nariz
con tu nariz,
mis labios
con tus labios.

No hay prisa,
nunca hay prisa.

Las únicas que corren
son nuestras manos.

Las únicas que no se agotan
son nuestras ganas...

Nuestros latidos... desacompasados?

El latir desacompasado
no lo es tal
si el tuyo se desacompasa
a la par que el mío.

Latamos.

Poco importa el ritmo.
Poco importa el lugar.
Poco importa la frecuencia.

Sólo latir,
latir,
latir.

Latir contigo.

A todas horas.

domingo, 12 de octubre de 2008

Llegados a este punto..

LLegados a este punto poco importa dónde estuve ayer, a dónde iré a matar la noche, ebria de ansiedades.

Llegados a este punto lo único que quiero es encontrarte de forma casual, sin que te lo esperes. Cerrar los ojos y que de repente te plantes ante mí. No te quites aún la camisa, sabes que me pierde la ropa de leñador.
De las zapatillas mejor no decimos nada, no podrías haber escogido mejor, no podrías haber acertado más ni aún eligiéndote yo el vestuario.
Y el pelo...sabes que me van los rizos desde siempre. Y tú los tienes todos.

Llegados a este punto, pienso que quizá no deba pensarte de este modo tan pronto. Se supone que deberías de ganártelo. Se supone que deberías ganarme, poco a poco.

Pero sabes que los se supone no pesan nada para mí. Los únicos que me gustan son éstos:

El se supone que debes sentir lo mismo.
El se supone que una vez entras en mi cama tienes prohibido salir.
El se supone que conmigo vas sobrado.

Porque yo ya he hecho los deberes, y no me gustan Archimboldo ni Franz Marc.

Pero tú compensas...
Tú compensas todo.

sábado, 11 de octubre de 2008

Al fin tienes nombre....RAÚL

Hago un inciso en mi estío cardíaco para gritar, para tirarme del pelo y pegar tantos botes como me dejen las piernas, como me impulsen los brazos, como me permita el corazón. Porque te he conocido......
Al fin te he conocido.....

La primera vez que te vi fue en Contracorriente, hace mucho mucho tiempo. Sobra decir que no aparté mis ojos de tu cara en toda la noche. Y tú lo viste bien, ya me encargué yo de hacértelo notar.
La segunda vez fue en Troya, rodeado de amigos y amigas, a partes iguales. Y tú estabas justo enfrente de mí, sentados ambos, como sacándonos burla. Y yo te miraba y te miraba, y no te podía dejar de mirar, una y otra vez, una y otra vez, desafiante. Y también tú me miraste, mucho más tímido.
La tercera fue en Ítaca. Tú repetías amiga. Yo estaba bien acompañada. Pese a todo, prometo que algún reojo dejé que te llegara...

Y anoche....Anoche Virginia fue a por ti, para traerte envuelto en lazos de colores, como un paquete, como un regalo de cumpleaños tardío, como un premio de consolación para quien creía que todo lo tenía perdido.
Viniste a mí, te plantaste frente a un cuerpo petrificado. Rocé tus mejillas. Primero la izquierda, luego la derecha. Y ya no te fuiste de mi lado.

Poco puedo escribir, no me dejan las manos, no me deja el cuerpo. La sonrisa de mi cara me estira la boca y me hace tanto daño que no me puedo concentrar. Pero ojalá pudiera reírme así simpre. Ojalá me duraras una vida...
Si pudiera diseñarte, si tuviera que inventarte, no podría hacerte mejor. Eres la suma de todos los detalles que libremente habría colocado para construir un hombre con mayúsculas, un HOMBRE que no podría ser sino como tú. Un hombre que ERES tú...

Y es tu mano entre mi pelo la menor de tus virtudes. No es tu boca sobre la mía lo mejor que puedes darme, que ya me has dado. Tú eres mucho, mucho más.
Y mientras me dejo llevar por los acontecimientos,
mientras me arrastra la corriente de ardor sin límite,
mientras me dejo superar por la vida,
mientras libero mi conciencia porque sé que no he podido darte más de lo que te he dado ya, y que sin embargo no es nada para lo que puedo darte,
vuelvo a mi estío cardíaco provisional, que dejará de serlo tan pronto como tú me llames.

Porque si tú saltas, yo salto.

Recuerda que hay un pastel para ti en mi cocina.
Recuerda que mi guitarra ya no es la misma si no la tocas.
Recuerda que tenemos cuentas pendientes.
Y te las voy a cobrar el resto de los días de mi vida.
Y te las voy a pagar el resto de las noches que me queden,

...Raúl.

viernes, 10 de octubre de 2008

Superficies planas

Busco charcos como una enferma.
La obsesión de esta semana no es otra que comparar reflejos, que estudiar superficies cristalinas e inventarles profundidades.
Al fin y al cabo todo parecen ser apariencias.
La moda de este siglo que comienza es aplanar al hombre y hacerlo una pared sin fondo, sin cajones ni doble cara. Somos un rostro bonito, somos una cara deforme. Somos palabras vacías que se puede llevar el viento sin ningún remordimento. La tedencia de este otoño no es otra que ser cubierta. Es lo que más vende.

Pero yo me niego. Si bien hay cosas que pienso y nunca saldrán de mi boca, al menos aseguro desde YA que todo lo que digo es cierto, todo lo que expreso no es otra cosa que lo que siento, sin lugar a dudas. Porque las palabras me pesan, porque les doy importancia, porque yo soy mucho más de lo que queréis hacer de mí, porque yo me niego a convertirme en el androide informe y opaco que estáis fabricando.
Y por eso no me detendré, y buscaré en los espejos, y añadiré cajones a los armarios, y pintaré fondos a las superficies planas.

Y absténganse de ensuciarme con mentiras los que no defiendan este mismo credo.Que no pierdan el tiempo porque ya me harté.
Porque me he vuelto selectiva y prejuiciosa.

Y no me arrepiento.

miércoles, 8 de octubre de 2008

El uno de entre todos

Que levanten la mano los idiotas que en algún momento hemos creído que existía una única media naranja, que sólo uno de entre todos podría hacernos feliz hasta las vísceras, felices hasta el racionalismo abstracto no exento de paranoia múltiple, y no por eso menos encantadora.
Que levanten la mano los que no han defendido que amores con mayúsculas solo hay uno, y que cuando viene, y hasta que se va, y cuando ya no está, sólo en ese amor pensamos. Sólo ese vale la pena.

Patrañas. Una tras de otra. ¿Qué ocurre si ahora que estoy vestida, ahora que tú, el chico al que amaré para siempre, mi uno de entre todos, estás esperando casualmente en el lugar por el que yo pasaré en diez minutos, y empieza a diluviar de repente,con furia contenida y saña abrumadora, y se aborta mi salida, y se aborta tu llegada, y jamás te llego a conocer?
¿Qué ocurre si justo cuando voy a toparme con tus ojos aparece un chico que no entraba en el cuento, y me agarra de la mano y me saca de la escena y no te llego a ver jamás?
¿Y si nos topamos el uno con el otro, y ese día yo no llevo las gafas de lejos, o las gafas de cerca, o las gafas para enfocar, o las gafas que simpre me pongo para buscar amor?
O viceversa. Siempre hay un viceversa.
Y seré feliz pese a todos los encuentros que no se producirán. Porque siempre se dan otros.

De manera que no tiene sentido obsesionarse.
Soy susceptible de ser amada a cada paso que dé, cada segundo que me exponga a las palabras, a las miradas. Y viceversa.
Cada segundo es un amor que no nace, un amor que brota. Todo en continuo flujo, todo en continuo cambio.
Y viceversa, siempre viceversa.

Sobran ganas en todos lados.

Sobra amor en todas partes....


(Pero eso no significa que una vez que te encuentre, no seas mi uno de entre todos :)
Porque lo serás.
Te lo prometo...)

Manual del viajero

Sigue el camino de baldosas amarillas. Al llegar al cruce gira al fondo a la derecha, donde siempre está el baño. Sólo tienes que trepar cincuenta peldaños andando con las manos, los pies en esta escalera de nada sirven. Continúa por el sendero de los clavos de madera, cuidado que la serpientes aquí se vuelven víboras. Usa la máscara antigás que encontrarás escondida entre los espinos, que al volver del río pronto te sorprenderá una nube llena de mosquitos endiablados. Pero aún no hemos llegado. Cuando cruces el foso infestado de leones carniceros ya sabes que sólo te quedarán cien días caminando bajo las lluvias monzónicas y los vientos huracanados, cargados de piedras con ángulos obtusos. Entonces, si conservas el carnet de identidad en regla y una nota firmada por el padre o tutor, o en su defecto una fotocopia compulsada, podrás llegar a la montaña de casi imposible acceso donde se encuentra eso que estabas buscando.

Ah... ¿Pero es que no sabes qué es lo que andas buscando?

Entonces ya puedes empezar. Primero sigue el camino de baldosas amarillas, y al llegar al cruce...

martes, 7 de octubre de 2008

Respirar...

Quiero abrir la boca hasta que me crujan las mandíbulas y me chillen los dientes, y tragarme todo el aire, que me recorra los interiores y me perfore el pulmón derecho, y se pase al izquierdo con increíble violencia, y luego directo al corazón, sin pausas, y que lo taladre y salga repartido a propulsión por todo el resto de mi cuerpo. Aire bombeado por todas partes. Aire llenándolo todo.

Porque hay días enque me empeño en sentirme desgraciada. Trabajo con ahínco para ponerle excusas a las horas, para ponerle trabas a mis ganas de vivir.
Y siempre aparece a tiempo algo que pone luz a mis ojos, algo que colorea mis labios de rojo bermellón.

Hay tanta vida, hay tanta belleza... Todo es extremadamente bello. Todo puede ser increíblemente intenso. Yo lo hago así. Yo lo coloreo. Y mis colores son los fluo.

Y ya no es sólo que tú, hombre, me hagas mujer. Esque yo, mujer, me hago persona.
Y me encanta....
Me encanta respirar.

lunes, 6 de octubre de 2008

No soy la única con pluralidad ontológica..jajajajjaja

"Yo no tengo una personalidad; yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestación de personalidades. En mí, la personalidad es una especie de forunculosis anímica en estado crónico de erupción; no pasa media hora sin que me nazca una nueva personalidad. Desde que estoy conmigo mismo, es tal la aglomeración de las que me rodean, que mi casa parece el consultorio de una quiromántica de moda. Hay personalidades en todas partes: en el vestíbulo, en el corredor, en la cocina, hasta en el baño ¡Imposible lograr un momento de tregua, de descanso! ¡Imposible saber cuál es la verdadera! Aunque me veo forzada a convivir en la promiscuidad más absoluta con todas ellas, no me convenzo de que me pertenezcan. ¿Qué clase de contacto pueden tener conmigo - me pregunto - todas estas personalidades inconfesables, que harían ruborizar a un carnicero? ¿Habré de permitir que se me identifique, por ejemplo, con este pederasta marchito que no tuvo ni el coraje de realizarse, o con este cretinoide cuya sonrisa es capaz de congelar una locomotora? El hecho de que se hospeden en mi cuerpo es suficiente, sin embargo para enfermarse de indignación. Ya que no puedo ignorar su existencia, quisiera obligarlas a que se oculten en los repliegues más profundos de mi cerebro. Pero son de una petulancia... de un egoísmo... de una falta de tacto... Hasta las personalidades más insignificantes se dan unos aires de trasatlántico. Todas, sin ninguna clase de excepción, se consideran con derecho a manifestar un desprecio olímpico por las otras, y naturalmente, hay peleas, conflictos de toda especie, discusiones que no terminan nunca. En vez de contemporizar, ya que tienen que vivir juntas, cada una pretende imponer su voluntad, sin tomar en cuenta las opiniones y los gustos de las demás. Si alguna tiene una ocurrencia, que me hace reír a carcajadas, en el acto sale cualquier otra, proponiéndome un paseíto al cementerio. Ni bien aquélla desea que me acueste con todas las mujeres de la ciudad, ésta se empeña en demostrarme las ventajas de la abstinencia, y mientras una abusa de la noche y no me deja dormir hasta la madrugada, la otra me despierta con el amanecer y exige que me levante junto con las gallinas. Mi vida resulta así una preñez de posibilidades que no se realizan nunca, una explosión de fuerzas encontradas que se entrechocan y se destruyen mutuamente. El hecho de tomar la menor determinación me cuesta un tal cúmulo de dificultades, antes de cometer el acto más insignificante necesito poner tantas personalidades de acuerdo, que prefiero renunciar a cualquier cosa y esperar que se extenúen discutiendo lo que han de hacer con mi persona, para tener, al menos, la satisfacción de mandarlas a todas juntas a la mierda. "



Oliverio Girondo
El espantapájaros al alcance de todos

Superficies varias...

Antes o después se te caerá la piel a pedazos, y mirarás la mía, que se habrá vuelto transparente y dejará ver debajo lo que llevo años trabajando.
Y te arrepentirás de no haberme hecho caso a tiempo. Entenderás de pronto cuánto dinero y tiempo y energía e ilusiones mal-gastaste en cremas, y en vestidos, y en estupideces varias.
Y ya no te quedará nada, todo se habrá ido por el desague, y serás ausencia, y serás pesadilla, y sufrirás.

Aún estás a tiempo de dejar de querer ser cuerpo y empezar a ser persona.

Aunque tú nunca escuchas...

domingo, 5 de octubre de 2008

Noche surrealista

Me pinto los labios de granate porque saber que voy a verte me pone nerviosa. Me pongo un vestido negro porque sé que alguien más nos va a estar mirando, y eso me crea incertidumbre.

Nos sentamos los tres en torno a una mesa donde en un rato haremos una especie de sinpa. Es lo bueno de tener amigos en todos los sitios. Es lo bueno de que se te salga el corazón por los ojos, un corazón que por suerte no es invisible.

Ponemos sobre la mesa un batido, tres cervezas, un café, con hielo por favor, y una pila de trapos sucios que sucios seguirán por siempre. Nos bañamos de mojito, nos llenamos de limón. Y comienzan a rodearnos cuerdas por todas partes. De ti a mí, de mí a ti, de ti a él y de él a mí.
Y se me mete el alcohol muy adentro, y se me comienzan a aflojar las correas de mi sostén, las correas de mis sienes, y me siento cómoda, me siento como bañada en aceite, impúdica, y me apetece hacer cosas que nunca diré, cosas que nunca haré, como el agua que tantas veces no habré bebido, y tantas veces bebo. Cosas que ahora, sin alcohol, me inquietan.

Son los hechos aislados, son los acontecimientos surrealistas. Es compartir el baño contigo. Compartir la noche contigo.

Me pregunto si tomaríamos café de habernos conocido siendo tú y yo, y no siendo las otras. Me pregunto si no estamos vestidas las dos de algo que está fuera de nosotras.
Pero poco importa ya, yo no puedo quitarme el traje, porque no me lo he puesto yo.

Yo no puedo mirarte de otra forma distinta a la que te miro.

Y no quiero cambiar de gafas.

Comerte...

Comerte los labios hasta que me llene la boca el sabor amargo de la sangre.
Morderlos hasta que se agujereen, hasta que revienten y fluya la materia de tu ser al mío.
No hay explicación para eso.
Pero ahora mismo es lo único que me apetece hacerte.

O mejor dicho, lo que más me apetece...

sábado, 4 de octubre de 2008

Actividades de ocio y disfrute..

Les he hecho caso a todos y he empezado a vivir. Y fuiste un hecho aislado que no va a volver a repetirse.
Porque las nuevas reglas son otras.
Porque son éstas.

Aunque me hubiera gustado decirte te quiero mientras estabas dentro...
Ya sabes, las viejas costumbres.

jueves, 2 de octubre de 2008

Autorretrato

Al fondo del espejo se asoma un animal herido que mira temeroso a quien se refleja en el otro lado, a quien le observa con curiosidad científica y lápiz y papel en la mano, a ese alguien que soy yo. El estudiante. El observador.
El animal es hembra y tiene el pelo del color del cieno, del color de la cebada que dejó de ser cebada para ser carbón, para ser carne de llama, y entre el fuego desparecer, para ser otra cosa diferente. Y luego otra. Y luego otra. Como pasa siempre.

Los ojos con que mira no son grandes, ni son pequeños, aunque son bonitos. Pero siempre los entorna porque es sensible a la luz, porque se muestra reticente a lo que hay, porque sólo hace caso a las imágenes de puertas para dentro, de pestañas hacia dentro. Sólo mira con agrado lo que se inventa. Lo que se imagina. Lo que quiere ver. Amapolas de rojo bermellón. Cielos de azul grisáceo. Cielos de azul ojo.
Pero a ella le gustan sus visiones. No los quiere abrir. No quiere mirar lo que le dicen que mire. Siempre de pestañas para dentro. Así es feliz.
Relativamente feliz.

Tiene el animal en cuestión una nariz clásica, podríamos definir. No desentona con el resto de la cara, su hocico le da personalidad. Además qué importa la forma que tenga la nariz, se nota que hace tiempo no huele nada que le agrade. Se nota que en su casa ya no hay olores que la taladren. Y la nariz comienza a arrugarse poco a poco, desaparece por momentos, se mete entre la carne, hacia dentro. Ya no sirve para nada. Para qué quiere una nariz ella. Para qué.

Sus orejas no le gustan y se las tapa siempre con el pelo. Por eso no oye nada, aunque oye mucho más de lo que debería. Por eso aún se le repite lo que oyó aquel día. Estos animales tienen una memoria atroz.

Sus manos son pequeñas, manos de mujer. Los dedos tienen el tamaño de los lápices de color, y sólo para colorear sirven, sólo para escribir se mueven. No son las manos del que fuma. Las manos del que bebe. No llevan la piel de los trabajos, ni la piel de las caricias. Las suyas son las manos que se agitan convulsas cuando alguien las ve.

En cambio, los labios y la boca sí son grandes. Es la boca de quien protesta y patalea, de quien no se cansa de pedir. De pedirle a los demás que sean como ella. De pedirle a la vida que le de tregua, que le de guerra, que pedir no requiere esfuerzo. De pedirse a sí misma ser otra cosa, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez, una y otra y otra y otra vez.
Sin embargo, son unos labios pálidos. Apenas se observan si el estudiante no está atento, si no investiga con sigilo dónde están, si no mide con los dedos la distancia que los separa de los ojos.
Porque son labios que hablan ilusiones, pero que callan miedos. El típico par de labios que no defiende lo que hay dentro. El típico modelo de boca que no sabe decir NO. Y con un gran agujero en medio. Realmente típico ejemplo de esos que pierden la fuerza por la boca.
Pero se los pinta de rojo, de rojo amapola bermellón, siempre antes de salir de caza, para que no se note. Para que no lo huelan los demás. Para que no la hieran. Para disfrazarse de otro tipo de animal.

Siempre se le va la vida en el intento de vivirla. En el proyecto de actuación. Se queda en el boceto que nunca lleva a cabo porque surge un boceto siempre más nuevo, que tiene que apresurarse a apuntar, antes de que se le escape. Por si no le vuelve a ver. Por si se le olvida.
Y por eso no ve venir las cosas, pues tiene los ojos y la nariz y las orejas y la boca vueltos hacia abajo, y las manos trabajando en manchas inservibles. Por eso no ve venir las uñas que le rasgan las carnes, ni tiene el instinto avezado de quien conoce al enemigo. Por eso ella va rasguñada una y otra vez, como ahora la veo al fondo del espejo, acurrucada en uno de los lados, con cara lastimera, con cara de pena y de decepción.

Seguro que piensa que es la última de su especie.

Seguro que lo piensa, porque aún sigue con los ojos entornados.

Porque así lo quiero...

Hoy es uno de esos días en que el clima se muestra solidario conmigo, y saca a pasear a las nubes más grises, a las brisas más sucias y lentas, y esconde al Sol, y a los pájaros en cajas de mudanza, para que pueda sentirme triste en equilibrio con la Naturaleza. Los raros son los otros. Los raros son los que se creen que son felices.

Desde la quinta planta del torreón donde vivo sonrío a la melancolía de la noche que pronto llegará, y vuelvo a ser consciente de nuevo, como tantas otras veces, de la grandeza de estar solo, de sentirse abandonado. De sentirse especial. Envuelta en mi pena, como un abrigo manido y siempre amigo, encuentro cierta satisfacción a esa impresión que me invade ahora de que estoy rodeada por un muro insalvable, emparedada por completo, salvo los ojos, con los que observo calmamente el cielo de octubre, que escribe entre las nubes, y en las esquinas, con caligrafía omnipotente y renegrida, que voy a vivir para siempre con estas lágrimas empujándome la cara, por dentro, como a veces hace lo propio en el pecho mi seco corazón. No creo que se vaya el otoño de mi alma, y tampoco lo necesito, si lo pienso bien, porque en este estado solitario y melancólico me encuentro asombrosamente cómoda. Es mi estado natural; así fui, así seré y así continúo siendo.
Siempre sola, siempre insatisfecha, siempre indecisa, siempre preguntando, siempre sufriendo, siempre buscando, siempre rindiéndome, siempre, siempre sola.

Porque así es como me gusta.

Porque así lo quiero.

Sólo la mitad

Ahora que me había acostumbrado a ser dos, ser sólo yo me sabe a medias...

miércoles, 1 de octubre de 2008

Ojalá me dolieras

Me duelen las muñecas de escribir mentiras, de pintar verdades.

Ojalá me doliera el cuerpo de vivir la vida, de gastarla, de quemarla, de dilapidarla entera, como si para nada sirviera, más que para eso...
Más que para vivirla.....

¿Qué es?

¿Qué extraña razón le dice a mis ojos que empiecen a llorar, así, de repente?
¿Qué hace a este segundo tan amargo, cuando el segundo de antes se podía soportar?
¿Que ha hecho que este aire se vuelva de pronto irrespirable?
¿Qué ha pasado para que todas las cosas que defendía hace un momento ya no me importen nada?

Ahora es uno de esos momentos en que deseo con todas mis fuerzas poner punto y final a la historia y marcharme con los bártulos a otro cuento diferente.

Respira hondo.
Sabes que antes o después entras en razón.
Antes o después tú siempre sacas fuerzas de donde no las hay.
De donde siempre hubo, (y simpre habrá), el arrojo necesario para respirar mil cielos, y mil más.
Para respirarlos todos y volver a andar.
Sin rumbo fijo.
Sin rumbo hoy.

Pero con un par de pies, que es mejor que nada.

Son todas estas cosas...

Es la lluvia que te moja el rostro, que se cuela entre las pestañas y escuece como nada, quema como nadie. Pero qué bien sienta, qué libertad el tener la ropa húmeda aplastándose contra el cuerpo, luchando por vencer las formas y rendirse finalmente, claudicando contra un pecho que no deja de sentir.

Es tu mano en mi cara, tus dedos entre mi pelo. Es tu piel explorando la mía y haciéndola nueva, nueva cada día. Nueva y archiconocida. Archifamiliar. Es tu labio atrapando mi labio, es tu líbido persiguiendo la mía y encontrándola en un lugar fuera de toda clasificación, fuera del lenguaje, fuera del recuerdo, pues es hija del presente, hija del momento.

Es la lágrima que se me escapa furtiva cuando oigo esta música, cuando imagino la lágrima que se te escapa a ti cuando la oyes a la vez, lejos de mí, pero conmigo. Es la letra que me recuerda a ti, a lo que pasé contigo, a lo que fuiste, a lo que serás, a lo que me haces ser. A lo que me haces vivir. A lo que me has convertido.

Es tu mirada opaca, tu forma de no hablar, hablando. De no decir, diciendo. De abrirte en forma de secretos compartidos, de mandarme un lazo inescrutable, para que lo guarde. Que más da que te marches, yo soy la que acumula lazos en un cajón lleno de polvo. Lazos fruncidos. Lazos de colores. Lazos que fueron todo y ahora de nada sirven. Lazos que me niego a tirar, de los que me niego a deshacerme. Pues llevan tu nombre. Llevan tu olor. Y los restos de las huellas que dejaste. De la huella que me ha quedado.

Es el final de la película que nunca se cumple, el pasaje del libro que nunca viviré. La historia que sólo es historia y a la historia pasa, pero que nunca se va del todo. El sueño que es motor rugiente, que hace que lo malo pase a ser experiencia y lo bueno esperanza. Misma e de inicio. Muy distinta sensación.

Es el no tener que hablar ante una madre. Que te lea los ojos, y te lea las manos, y la caída de tu pelo, y te diga generalmente lo que más daño te hace, lo que menos querrás oír. Porque sabe que es lo que debe. Porque tú sabes que es lo que toca y no puede ser de otra forma. Porque la odiarías si no fuera como es, si no se comportara como lo hace.

Es cerrar los ojos sabiendo que estás recorriendo mi cuello con los ojos cerrados, y abrirlos para descubrir que en los tuyos hay ese algo reflejado que hace que todo me tiemble,que todo me lata, y que me digas te quiero mientras te digo te quiero, que me digas te amo mientras te amo yo.

Es sentir en mi boca la nata de un helado de terraza, mientras la amiga de turno me cuenta qué tal le fue con ese chico. Paladear el otoño entre hojas que se caen y que no por ello me causan lástima, porque ya han visto soles suficientes para compensarlo, para llenarlas de tal gozo que no se aguanta, y ya no les queda otro remedio que dejarse caer, rendidas. Más soles de los que a veces piense que voy a ver yo.

No se aguanta tanta vida.
No se aguanta tanto hastío.

Es amar sin sentido.
Amar sin medida.
Amar sin moderación.


Son todas esas cosas las que ponen punto y seguido a un cuento amorfo y deshilachado que en muchas ocasiones desearía ser un punto y final.
Pero que nunca lo hace.
Nunca lo hace...

Porque todos esperamos, muy en el fondo y pese a todo, que llegue el día en que al fin podamos amar sin sentido.


Amar sin medida.


Amar, sin moderación.