Es difícil decir lo que quiero decir
es penoso negar lo que quiero negar

mejor no lo digo
mejor no lo niego.

Mario Benedetti. "EL PUSILÁNIME",
de "El olvido está lleno de memoria".

martes, 17 de diciembre de 2013

El eterno no asesinato, de la amapola no asesina

Si te dijera por qué he querido acabar contigo no lo entenderías. Pensarías que es un tren lo que me revuelve la cabeza, que es aire poluto lo que se me condensa en el alma, y que no sé lo que tengo, ni lo que digo, cuando a este lado de la vida se me pone el Sol.
Tal vez seas tú el cuerdo, el combativo, pero te mataría una y mil veces; por una muerte tuya desgranaría palmo a palmo cada una de mis pieles, negra, empequeñecida. Sorda de odio al mundo, de dolor. Sorda de cansancio y de estigma, avanzando con la izquierda lo que la derecha desmantela. Sorda, sorda, sorda de ti y tus espacios, de ti y mi altavoz.


Y no te mataré porque no me atrevo, 
hasta que cierre los ojos, y por primera y última vez al despuntar el día
pueda ser  al fin la dueña de esta situación.

Las palomas promiscuas

Fue entonces, en aquel momento, cuando lo vi claro. Ya no eres una cuenta pendiente para mí. Con todo lo que fuiste, recuerdas? Con todo lo que fuimos, lo que corrimos para abrazarnos, tú y yo. 

Y ya no eres una cuenta pendiente, lamentablemente ya no me duele nada que tenga que ver contigo, aunque aún custodio - como un tesoro- un poquito de incomprensión, y mucho de palomas sin las alas rotas.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Puedes ser

Puedes ser
más de aeropuertos que de trenes
más de té que de café
de pares que de nones
de Manchester que de Londres
de Noviembre antes que abril.

Podrías incluso, ser más de todos ellos

que de mí,
comenzar a contarme desde abajo…

y seguiría estando allí

sábado, 16 de noviembre de 2013

Nunca contra mí

El tiempo que tengo no quiero llevármelo a ningún sitio, nunca lejos de aquí, de estas manos, de la cornisa de mi ventana, de las cavilaciones. No quiero arrancarlo, llevarlo a rastras, luchar contra él. Por eso me muevo, hacia dentro y hacia fuera, estirándome a ambos lados, intentando abarcarlo, hambrienta, para que nunca se vuelva contra mí.

jueves, 7 de noviembre de 2013

He estado fuera

He estado fuera, fuera de mí misma, buscando un quién poder ser que me encajara sin tener que meterle mucho a las costuras. Un quién que no fuera de barro, ni de azúcar, ni de hielo. Firme, volátil, con la boca cerrada y el rabo hacia fuera, no lo quiero ya más entre las piernas.


Quizá aún no he vuelto, pero nunca paro de volver.

martes, 26 de febrero de 2013

Lo siento, sin parar.

(...) Y siempre te llevaré a mi lado, comparándote hasta con el aire, para que siempre salgas tú ganando, y siempre pierda yo.


 

Suena: You could be happy. De Snow Patrol.


Quizá no sea tu culpa, pero te culpo.
Culpable.
Culpable.
Culpable.
Eres tan, tan culpable como yo.

sábado, 2 de febrero de 2013

Matrimonio


Ella nunca se lo dijo, aunque lo sabía desde el principio. Se lo calló porque las verdades duelen en la boca, porque la realidad ahúma los ojos y aprieta el esternón.

Se lo calló y partió en trocitos la comida. Tragó. Tomó de a sorbitos la bebida. Y siguió. Recogió los pedazitos cuando él se dio la vuelta. Los escondió.

Y se sentó junto a él en el sofá, como todos los días, en perpetuo estado de descomposición. Le acarició el pelo, le tembló la voz. Mañana, tal vez. Mañana nos irá mejor.

Mi nombre como si estuviera escrito sobre la superficie de la luna


Dijo mi nombre como si estuviera escrito
sobre la superficie de la luna, y a mí  se me ocurrió  cosérmelo
(para no olvidarlo) de la espalda a la nuca.
Enhebró la aguja con las letras en minúscula, una a una,
y dio puntadas para ir trazando por mi cuerpo
un fino surco de hilo púrpura.
Pero el nombre se me enredó en el pelo, y perdí la tilde,
se aflojó el hilo y deshizo entre mis sábanas la rúbrica,
y él abrió la puerta, huyendo despavorido,
mientras desde el cielo, sin mi nombre, me culpó la luna.

*A Bruce Nauman

Yo tenía un pajarito


Yo tenía un pajarito. Un pajarito bien atado, entre mis manos.

Y no lo quería, lo solté. Lo solté y ahora lo extraño. Extraño el pico, me pesa el vacío, el oleaje. Me pasa el alma, la desidia, la cuestión.  Y nada es bastante. A veces el odio. Otras el temor.

Pero nada es bastante, ni siquiera el oleaje. Porque extraño lo que tuve, ansío lo que no viene, rechazo lo que tengo. Dónde están las amapolas. Dónde queda la sorpresa, tu pico, el trazo, la espera, el carbón.

Dónde está la vida, la decencia, el amor.


viernes, 4 de enero de 2013

A Pablo

A mí me gustaba trabajar contigo....
Me gustaba (mucho) trabajar contigo.
Que allá donde vayas, la paz te acompañe.