Es difícil decir lo que quiero decir
es penoso negar lo que quiero negar

mejor no lo digo
mejor no lo niego.

Mario Benedetti. "EL PUSILÁNIME",
de "El olvido está lleno de memoria".

martes, 20 de noviembre de 2012

Sin perro azul


Ojos de perro azul por la ventana, arrojados sin paracaídas, sin parapente, a lo bonzo casi. Temerarios. Ojos de perro azul por todas partes, quemando el cielo y volviéndolo azul raído, azul ceniza. Ni siquiera azul, en realidad.

Ojos. Sin perro azul. Por todas partes.

Suena Amatria. "Un sábado paraelíptico".

lunes, 19 de noviembre de 2012

La dulzura de la voz


Llegó al páramo oscuro y para cuando subió a la cumbre no encontró la dulzura de la voz. No le dio importancia y plantó en su lengua piedras, y habló, y habló, y habló. Tenía tanto que decir, tanas ganas de hacer justicia.
Rodaron por la loma y abrieron las compuertas con su peso todas y cada una de las piedras, y se fueron a arrasar los campos. E hicieron justicia. Encendieron la pira y no se salvó ni uno de los herejes, ni uno. No se salvó tampoco la dulzura, ni la voz.
Y ella se encontró de golpe desnuda en el páramo, titiritando de frío, esperando que pasara algo. Una venganza. Una queja. Algo.
Que le volviera la voz al cuerpo, tal vez. Que le volviera la vida en éxodo, que la vistiera y la sacara de allí, corriendo.
Una excusa (una razón) para tener que resignarse y empezar de nuevo.

No lo hicimos. De acuerdo.


Creíamos tener el mundo bajo control cuando teníamos las piezas. Jugábamos a darles forma y derribarlas, y volver a darles forma, y forma, y forma, deshaciendo reglas, componiéndolas. Y siempre hubo consenso entre tú (esa tú), y yo (esa yo), que ahora resulta que ya no somos, que nunca fuimos en realidad; que al parecer sólo éramos polvo, y aire, y nada, y nada ha quedado ahora entre esta tú y esta yo.

Si tú dices que nunca existimos, entonces de acuerdo. No lo hicimos. Y me llevo mis desaires, tus desplantes y los no recuerdos a donde no puedas ni verlos. Pero si algún día te acuerdas de mi nombre, recuerda también que una vez me rompiste el corazón.
Y que sigo, aún, sin entenderlo.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Abre la calle


Abre en un susurro la calle tus cortinas
y cae por tu cara como un brillo de luz
-o un destello de sombra- que anuncia
que de aquí a un rato estaré durmiendo contigo
(fundiéndome contigo, quería decir,
con tu sudor como mi cuerpo y tu cuerpo
lleno de mi amor, empapados y miméticos,
siempre tan, tan filántropos ambos).

Abre en un susurro tus cortinas la calle
y yo ya tengo sueño.
Sueño de ti.
De ti conmigo.

martes, 18 de septiembre de 2012

Reloj de arena



Sigue dejando escapar la arena
y haciendo de cada grano una soga  con la que colgarte,
que acaso colgada estarás más tranquila, más en calma.

Habrás ganado una nada en la que bañarte,
un mar en el que  culparte cuando –ya tarde-
no quieras estar más tranquila, más en calma,
y un silencio no querido  que te abra la carne a cuchilladas
cuando a una palabra tuya te baje helado por la espalda.


viernes, 6 de julio de 2012

lunes, 11 de junio de 2012

Sin título, ni importancia alguna


Te miro y pienso: aquí estás, por fin.
Y sin embargo, aún nos queda
tanto trabajo por delante, tanta negación,
tanto silencio dramático, el barrido del espasmo.
Nos queda -aún- tanto por pulir, por modelar,
tanta cuerda de la que anudarnos,tanto veneno
con el que emborracharnos, tanta tierra que cavar.
Y pelearnos la frecuencia, la compañía y los modales,
todo tan sutil como podamos, tan salvaje
que tengamos que volver a agarrarnos de los hombros
y mirarnos, forzarnos a mirarnos, otra vez
para recordar cómo nos vestimos las manos,
y que “eres tú, mi vida”, eres tú.
Y soy yo, mi amor.“Soy yo”.

Historias que empiezan...


... con un dibujo en el frigo.

martes, 5 de junio de 2012

Con la espalda es fácil

Escribir con la espalda es fácil:
alargar la vocal de tu lóoooobulo amigo,
llevarla a rastras, solana en tu cadera,
y perder la sintaxis para ganar en tiempo
conque desnudarte y ponerte  a cero.

jueves, 22 de marzo de 2012

Palabras

Para qué sirven las palabras si hay
tanto ruido afuera, tanto dolor;
si no pesan, ni oponen resistencia,
si no sanan, ni liberan, ni te traen de vuelta,
y son sólo letras manidas,
tantas veces inconexas,
que sólo se vuelven música -y arma-
cuando otros las manejan.

Suena "Lioness", de "Songs: Ohia"

Historias que comienzan con un punto

"Creo en el mundo como en una margarita
porque lo veo.
Pero no pienso en él,
porque pensar es no comprender.
El mundo no se ha hecho para que pensemos en él...
(pensar es estar enfermo de los ojos)
sino para que lo miremos y estemos de acuerdo…
Yo no tengo filosofía: tengo sentidos…
Si hablo de la naturaleza
no es porque sepa lo que es
sino porque la amo,
y la amo por eso
porque quien ama nunca sabe lo que ama,
ni sabe por qué ama, ni qué es amar…
Amor es la eterna inocencia
y la única inocencia es no pensar."

Pessoa

Nunca sabe lo que ama; sólo ama, y ama, y ama.

jueves, 1 de marzo de 2012

Tu nombre

Tu nombre se me desgrana en la boca cuando pido el pan, y el agua;

se me escapa cuando digo basta, y adelante,

y me sangra cuando me cortas, cuando me corto, desde que cortamos.

Tú en tu lado del mundo y yo en el mío, pendidos de una letra

sobre la que ya no nos podremos columpiar.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Entre la hierba


Hay un paraíso donde se preñan las aves
con el aroma de las nubes,
donde cierro los ojos al atardecer
y te veo mirándome
entre la hierba,
y entonces los abro….
Los abro.

Suena "Stand in my way", de Micah P. Hinson

miércoles, 18 de enero de 2012

Un azul en el cielo sin semillas

Tendrá sentido, además de luz, el día de mañana

cuando me agache a recoger los restos (anticipados)

y limpie con suspiro y fregona la baba que se me cae al mirarte,

la lágrima lagarta que se me cuela en el escote,

que nada hasta el vientre y allí dice basta y se rinde

y por fin llora, un poco, flojito, cargada de valor.


Tendrá además de luz, razón, el día de mañana

cuando gire la cabeza y ya no estés desafiándome

y ya no estés entrenándome, conteniéndome la respiración

y mis ojos ya no tiendan los tuyos en la cuerda de la ropa

para que los seque el viento a embestidas, como hacíamos tú y yo.


Porque si no lo tiene, qué voy a hacer entonces

con la espalda cargada de ti y sin ganas de marcharme

con la frente marchita de arrugas y un azul en el cielo sin semillas,

con el corazón que está listo para amarte, pero sin amor.


Suena "People help the people", de Cherry Ghost.

jueves, 12 de enero de 2012

El culmen del amor

Pareciera que el culmen de toda evolución personal es dejar de sentir calor y volverse racionalmente frío, selectivamente agradable, o incorregiblemente exigente, hasta para conformarse.

La gente ahora se esfuerza para borrar todo ímpetu amoroso (pese a los ilusos), para controlar los instintos obsesivos, los excesos de cariño. Ya no quieren invertir en amor, sufrir, caer, levantarse. Ilusionarse de nuevo es condenarse a un nuevo fracaso, a una nueva decepción. Qué envidia dan a algunos aquéllos que “controlan”, aquéllos que al subir su propio precio en bolsa diferencian el amor del sexo, que no sufren ya, que se enamoran sólo cuando quieren, de quien ellos quieren, cuando así lo deciden.

Y yo, que aún estoy recomponiéndome de mí misma e intentando averiguar cómo quiero ser de mayor, me pregunto si es oro todo lo que parece, y si una vez que a uno se lo ha comido el frío, es posible alguna vez poder volver a sentir calor.

martes, 10 de enero de 2012

Si corro

No me da miedo jugar,

Qué me queda ya por perder

sino la vergüenza de no tener pasado

ni memoria,

la vejez que recién nacida

muera virgen en mi cuello,

o la garantía de haberme equivocado

otra vez, de nuevo.


Para ganar, en cambio, si corro

aún estoy a tiempo.


Suena "For Dick", de Scott Matthew

miércoles, 4 de enero de 2012

Hazme el favor


Si la vida me borra de las manos las ganas de prenderte fuego
y limpiarte con amor las cenizas luego,
apiádate de mí y no me dejes hibernar lejos de tu cuerpo,
hazme el favor y cuéceme, con mimo, a fuego lento,
y deja que yo sea, por un momento,
la paloma que a claudicar se cuela dentro de tu pecho.

Tenías razón


La verdad es que no, tenías razón.
Fui demasiado pretenciosa.
Demasiada ambición, quizá. Creer que de la noche a la mañana la vida cambia y vuela, como movida por un soplo.
La verdad es que yo tenía razón. No puedo.
Fui demasiado temeraria.
Demasiado temeraria.

Suena Youth Lagoon, "Montana".