Ojos de perro azul por la ventana, arrojados sin paracaídas,
sin parapente, a lo bonzo casi. Temerarios. Ojos de perro azul por todas
partes, quemando el cielo y volviéndolo azul raído, azul ceniza. Ni siquiera
azul, en realidad.
Ojos. Sin perro azul. Por todas partes.
Suena Amatria. "Un sábado paraelíptico".
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