Es difícil decir lo que quiero decir
es penoso negar lo que quiero negar

mejor no lo digo
mejor no lo niego.

Mario Benedetti. "EL PUSILÁNIME",
de "El olvido está lleno de memoria".

domingo, 5 de octubre de 2008

Noche surrealista

Me pinto los labios de granate porque saber que voy a verte me pone nerviosa. Me pongo un vestido negro porque sé que alguien más nos va a estar mirando, y eso me crea incertidumbre.

Nos sentamos los tres en torno a una mesa donde en un rato haremos una especie de sinpa. Es lo bueno de tener amigos en todos los sitios. Es lo bueno de que se te salga el corazón por los ojos, un corazón que por suerte no es invisible.

Ponemos sobre la mesa un batido, tres cervezas, un café, con hielo por favor, y una pila de trapos sucios que sucios seguirán por siempre. Nos bañamos de mojito, nos llenamos de limón. Y comienzan a rodearnos cuerdas por todas partes. De ti a mí, de mí a ti, de ti a él y de él a mí.
Y se me mete el alcohol muy adentro, y se me comienzan a aflojar las correas de mi sostén, las correas de mis sienes, y me siento cómoda, me siento como bañada en aceite, impúdica, y me apetece hacer cosas que nunca diré, cosas que nunca haré, como el agua que tantas veces no habré bebido, y tantas veces bebo. Cosas que ahora, sin alcohol, me inquietan.

Son los hechos aislados, son los acontecimientos surrealistas. Es compartir el baño contigo. Compartir la noche contigo.

Me pregunto si tomaríamos café de habernos conocido siendo tú y yo, y no siendo las otras. Me pregunto si no estamos vestidas las dos de algo que está fuera de nosotras.
Pero poco importa ya, yo no puedo quitarme el traje, porque no me lo he puesto yo.

Yo no puedo mirarte de otra forma distinta a la que te miro.

Y no quiero cambiar de gafas.

1 comentario:

al dijo...

Al final te bailaste tu sola muy bien.

Estuvo "guay", me alegro haberte conocido, amiga de los sinpa.