Es difícil decir lo que quiero decir
es penoso negar lo que quiero negar

mejor no lo digo
mejor no lo niego.

Mario Benedetti. "EL PUSILÁNIME",
de "El olvido está lleno de memoria".

miércoles, 23 de noviembre de 2016

El otoño

Al levantarme hoy me di cuenta
 de que no sé cuánto tiempo llevo siendo hoja de otoño
 con el otoño ya caduco,
 cuánto bailando frenética entre las copas de los árboles
creyendo que el suelo nunca llegaría a conocer este lado mío
en el que todo se desliza como el agua,
 se detiene como el polvo.

 No tengo referencias, no sé las horas, los días,
la epidermis que hace que solté el tallo,
cuánto llevo bailando, sola, entre tantas otras hojas,
cuánto he consumido de la savia,
cuánto jugaremos la gravedad y yo a creernos amigas,
como si al final no fuese ella más fuerte,
como si al acabar el juego no me fuera a pisar el corazón.

 En cualquier caso no hay culpables,
 yo tracé mi camino y no puedo engañarme, todo lo he escogido yo.
Las veces que he llorado en vez de reír,
 las que perdoné cuando debí salir corriendo
o aquéllas, pocas, en las que no me dejé la piel lo suficiente.
No hay más culpable que el invierno, que ha venido a arrasarlo todo
a soplar más fuerte, a acelerarme, a pudrirme,
 a vengarse a golpe de pulmón.

 Y yo me he dado cuenta, tarde como siempre,
 de que el suelo ya lo tengo a un palmo,
con tanto que me quedaba por bailar, a mí.
Así que espero que al menos, si ya para esta hoja es tarde
 (y no es mucho pedir)
te abrigues un minuto de silencio
y lo dediques a pensar en mí -tú que tienes esa suerte-
y en todo lo que no has podido,
en todo lo que no has sabido,
en tu manera de vivir.


 
Suena la tristeza,
o "Poland", de Olafur Arnalds.

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