El tiempo no se mide en años,
en qué-pensará-la-gente-de-nosotros.
El tiempo que cuenta se cuenta en orgullo,
el profundo, ancho, tremendo orgullo
cuando te miro y veo cómo has llegado a mi vida
arramblando todo lo llano con tu enérgica ambición.
El tiempo que cuenta es el que aún falta
para aprender de ti a hacerme grande,
a contagiarme de tus ganas de comer la vida
y volcar toda la pasión del mundo
en cada pequeño momento.
El tiempo que vamos a medir nosotros
se lee cada amanecer en las nubes,
lo escondes cada noche debajo de las piedras
para con las manos libres
hacerte bajo mi sombra un ovillo
y rodando perder la cuenta
si en lo que suma menos lo que resta
algún día no te llevas tanto como Mena.
Suena “1440”,
de Olafur Arnalds.
de Olafur Arnalds.
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