Es difícil decir lo que quiero decir
es penoso negar lo que quiero negar

mejor no lo digo
mejor no lo niego.

Mario Benedetti. "EL PUSILÁNIME",
de "El olvido está lleno de memoria".

lunes, 14 de febrero de 2011

Feliz Amor

Bueno, a estas alturas de la vida ya el que más y el que menos tiene una idea bastante clara de su posicionamiento ante San Valentín. Yo me guardo la mía, no porque no la tenga, o porque este espacio no deba ser usado, precisamente, para eso mismo, sino porque, por una vez, quiero dejar de mostrar inconrformismo y aprovechar la situación para hacer un poco de elogio ingenuo.
Tal vez no a San Valentín y sus aledaños, pero sí al amor, ese gran desconocido, tan codiciado.

Feliz amor, a los enamorados, a los que lo fueron, a los que lo serán, e incluso a los que no quieren serlo.



Ella vivía en una diminuta bolita de cristal en medio del universo, no tenía espacio más que para soñar. Él, en un reducido cubo vidrioso, donde sólo podía pensar.
Desde el principio de los tiempos flotaban el uno alrededor del otro, se amaban aun sin conocerse, mas no podían tocarse, ni hablarse. Ella soñaba con él, y él pensaba en ella.
Todos los días, todas las noches, dando vueltas el uno junto al otro, se miraban. Él ponía su mano en el cristal y sonreía, ella pegaba su cara a la pared y sonreía, sin perder nunca la esperanza de que algún día aquella sonrisa derritiera el cristal que les separaba.
Los años pasaban y ellos seguían acariciándose a distancia, pegados a la pared, sintiéndose, creían. Mirándose.
Pero la bolita de cristal y el cubo de vidrio se alejaban poco a poco, sin saber por qué. Cada vez les costaba más hallar la luz del otro, hasta que un día dejaron de verse, y la soledad se fue adueñando de ellos.
Ella dio la vuelta al mundo, llorando, tratando de ahogarse en su tristeza, mas las lágrimas se evaporaban al tocar el cristal.
Él dio la vuelta al mundo, gimiendo, tratando de fundirse en el ruido, mas los gemidos se apagaban al tocar el vidrio.
Y entonces, sin saber qué ocurría, la bolita se rompió.
Y entonces, sin saber qué ocurría, el cubo se rompió.
Ella recuperó la consciencia y miró. Él se despertó y miró. Sin saber por qué, dentro de una estrella de cristal, él y ella. Él rió y alzó la mano. Ella rió y juntó su rostro.
Una estrellita de cristal vagando por el cielo, y él y ella dentro, riendo, porque quieren ver qué es la risa.
Él y ella en una estrella dulce, tocándose, amándose.
Sin que nada más que el otro les importe, ahora que ya no están solos.


Animación:
Dibujos e idea original: Julia Mena
Montaje: Vanessa Daws
Texto: Julia Mena

6 comentarios:

Paco Fernández dijo...

Hi Amapola...Yo también pasé por Valentine's Day o quizás el pasó por encima de mí...te dejo unas palabras:

Al principio uno se enamora
Y después con el tiempo uno se muere
Sin saber qué fue de ese amor
Ignorando en qué consiste la muerte
Al principio uno se enamora
En el interior o en el exterior de un verso
O de un rostro o de una vida
Y después ya no sabe qué pensar del amor o de la muerte
O quizás sabe que no debería pensar
Ni intentar salvarse con una idea o un concepto
Al principio uno se enamora y después se muere
Y se instala en el margen de la pregunta informulable
Y no hay respuestas
Porque en realidad hay demasiadas
Tantas que terminan por ahogar la inquietud fundamental
Y vaya usted a saber qué coño es eso de “fundamental”
Yo no lo sé tan solo lo escribo

Paco Fernández dijo...

PD

Enhorabuena por tu Julia's animation. Gracias por compartirla.

Saludos

Anónimo dijo...

Me gusta mucho pequeña :)

Antonio dijo...

Y resulta que es tuyo!!!! jajajaja tremendo x)

Sigue sonriendo

LoOla dijo...

Es muy bonitooooooo!!!
Muchísimas gracias esposita por dejar que lo contemplemos :)

Besos brujos!

natalia guerrero dijo...

COmo siempre es sublime, me encanta venir aunque no lo haga todo lo que desearía. Pero cuando vengo te leo lo de hoy y lo de atrás, aunque no te lo comente. Besos grandes.