Todas las cosas por las que te amé las encuentro a retazos en la gente. A veces me olvido y de repente aparecen frente a mí. No son las tuyas, lo sabemos ambos. Pero podrían serlo. Se parecen, huelen; huelen como tú a Miyake y olvido.
Las malas también las veo, y me apartan del inocente como un resorte, relincho como una fiera y corro como si me fuera la vida en ello, escapando de un miedo voraz. La terapia ayuda pero va lenta, yo sólo tengo prisa, ansia, traumas, y ambos sabemos que aún no sé.
Pero todas las cosas por las que decidí jugármela a duras penas las recuerdo, y esas no las encuentro entre la gente, esas sólo las alcanzo en mí.
Me la jugué porque estoy lista, y tan sólo necesito recordarlo.
Comprenderlo.
Amar a la persona que un día fui.
1 comentario:
oye, qué gusto volver a tu blog después de unos meses y descubrirte inspirada e intensa, como tanto me gustas!
Un abrazo mi guapa, te echo de menos
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