Es difícil decir lo que quiero decir
es penoso negar lo que quiero negar

mejor no lo digo
mejor no lo niego.

Mario Benedetti. "EL PUSILÁNIME",
de "El olvido está lleno de memoria".

martes, 18 de agosto de 2009

Humilde recomendación

Alonso Vegas (No el chico increíblemente especial que tengo el poder de conocer) Alonso Vegas, el escritor precoz, me refiero; el desconocido chico que sin saberlo, o sabiéndolo, pero esperando pausadamente a que llegue su momento y la suerte que no necesita, ponga en su mano los billetes para poder dejar en papel y tirada extrema todo lo que su cabeza única y exquisita hace brotar de madrugada.

Nadie que adore leer y escribir puede dejar de encontrarle; quien confíe en mí y en mi criterio debe visitar su blog, es el mínimo precio para entrar en un lugar del que ya no se sale, al menos, intacto.

Aquí os dejo una de sus historias. No la mejor, pero sí la última.

Nunca pares, Alfonso.
Desde aquí, tu fan número 1 siempre te espera.



El misterioso caso del hombre de la pesadilla

la pesadilla del beso de medianoche. eso fingió Falco bajo su dolor de sienes, debido por seguro a unas extrañas migrañas que solo aparecían cuando Carlos estaba cerca, quizá rondando la calle contigua con su irritante silbido o incluso el ladrido lejano de su can mientras defecaba las aceras de la calle Violonchelista Miguel Toloso de Santoangel. Un señor que nadie de aquella calle conocía, y seguramente ni su propia madre, pero ahí estaba ocupando el honor de una calle de segunda en un pueblo pesquero. Tenía Falco a su novia bastante malhumorada porque ya eran dos días y tres lunas llenas o un espejismo de luna llena lo que llevaban sin ladrar, esos ladridos que a Carlos le daba dolor de cabeza o más bien dolor de ideas, y que sin embargo a Falco le ponían los pelitos del vello de su espalda como un arrecife de coral que Ester rozaba con dulce natación de manos. Y así hacían el amor de perros salvajes y arrecifes de Malasia y la luna siempre debajo de la cama iluminando a contraplano las pieles abiertas de la geometría erótica.

Pero no era así desde hace unos días y Ester echaba chispas. Una canción de Hechizo, algo así como un Vamonos de esta habitación, y un al espacio exterior. Eso escuchaba Ester mientras pensaba que hacer con su fricción ardiente, echando pestes por sus muslos inquietos o endiablados. Con Carlos no le pasaban esas cosas. Carlos, aunque solo fuera un silbador de profesión tocahuevos y espuma seca en el cráneo, él si que no paraba. Todo lo seco que tenía en la cabeza lo había retenido su cintura. Y desde hacía muchos años a Ester se le figuraba que los hombres se hacían por los pies, y cuando uno era seco de testa su meneo de cintura era evidente. Así como al contrario, cuando un hombre sudaba demasiado los pensamientos, esa acumulación de sangre usurpaba el deseo de cada noche que Ester esperaba. Así que Ester no esperaba que un hombre creciera más que a la cintura de sus posibilidades. Y Falco era totalmente un hombre que no solo había llegado a su cabeza, sino que además tenía su casita con jardín en el reino de los cielos.

-Tengo la pesadilla del beso de medianoche, no creo que hoy pueda...
-¿Qué es eso de la pesadilla del beso de medianoche? -Ester no intento mostrarse comprensiva en ningún momento, quería sexo aunque tuviera que arrancárselo de las mismas entrañas.
-¿No sabes lo que es la pesadilla del beso de medianoche? -intentó hacer tiempo para pensar que coño era eso. Pero Ester le contesto con un rapido y escueto "No" abrasivo. Buscaba la trampa en su tartamudeo. Hubo una intensa pausa donde se decidiría el destino de la relación. Falco lo sabía y no tenia muy claro en que microsegundo exacto perdería todo aquello que se había jugado. Fue uno de esos silencios en los que por fin comprendes que ya nada tiene sentido, un silencio tan inocente, tan banal en la historia de las banalidades que jamás entenderías el extraño influjo que sucede por aquel río de ausencias. El porqué místico de los caprichos del destino. Pero Falco no estaba dispuesto a perder a su chica por uno de esos silencios, él jamás se rinde ante las causas que ni él comprende. Su lucha es ciega.
-Si hubiera esperado un instante mas ahora mismo estarías saliendo de la cama para jamás volver. Durante unos días te hubiera llamado mil y una veces a cada segundo que cojeara el reloj, porque sin ti el reloj sería un anciano de cien años de bastón en mano, semanas después de que el tiempo envejeciera te hubiera llorado siete mares de lágrimas. Y ahogado te suplicaría volver, y yo sé que jamás volverías. Quizá pasaran diez años y aún te tuviera en mi corazón, mil chicas después y seguirías siendo mi tren de medianoche. Pero tú, a pesar de saberlo, jamás volverías. Solo por un instante y jamás volverías. Esa ha sido mi pesadilla durante dos días y tres lunas, quizá una era un espejismo. He probado al destino para cerrarle una puerta. Llamame loco, pero he ganado a un silencio. Y ahora sé que no te iras, y sé que al oírme ahora te quedarás aunque yo no te ame esta noche. Pero si que te amaré esta noche, ahora tus ojos son objetos dedicados para amarlos, y como la mujer que no se resiste a la admiración de un diamante, yo no me resisto a esa mirada.
Ester lo miraba, ¿saben? Lo miraba y dejemoslo así. Ester lo miraba y un nuevo silencio, muy distinto al anterior, se apoderaba del momento. Y desde entonces lo miró para siempre.
-Mujer, ya es medianoche. Ahora bésame y quedémonos intercalados en el tiempo.
Carlos sufrió grandes migrañas aquella noche, al perro no se le oyó ladrar nunca más, y la calle Violonchelista Miguel Toloso de Santoangel quedo sumida en una helada azul. Ningún violonchelo desdobló las olas vertiginosas de aquel pueblo pesquero. Fue todo un silencio salvado.


www.enlacallenoventayseis.blogspot.com

El burdel de las palabras

5 comentarios:

Edu dijo...

No conocia al autor, tiene consistencia el texto. Y mantiene el ritmo. La narrativa se le da bien. A mi no tanto ese estilo literario.
Un Saludo

Illystil dijo...

Una forma muy especial de narrar la que tiene Alonso, pero extraordinariamente adictiva. Creo que seguiré tu consejo.

Un besote

al dijo...

jajajajajaja, vale sí, definitivamente estas majara. Y ahora qué?

(que vergüenza, jodeeeerr)

en fin, me vengaré de ti como mejor se hacer. Ofreciendote un hagen-das, tus 2 semanas de gimnasio a la porra.

Harold Diaz dijo...

Excelente texto, y excelente recomendación lo estaremos visitando!

Saludos!

simplementeyo dijo...

BOnito texto, seguiré tu consejo y me pasaré por allí. Besos