Es difícil decir lo que quiero decir
es penoso negar lo que quiero negar

mejor no lo digo
mejor no lo niego.

Mario Benedetti. "EL PUSILÁNIME",
de "El olvido está lleno de memoria".

martes, 30 de septiembre de 2008

Afortunada, después de todo...

Tengo la suerte de que vine al mundo con un corazón a prueba de roturas, inmune a los desánimos, blando por dentro, blindado por fuera.
Porque tantas cosas me han pasado ya que debiera haberme venido abajo. Y no lo he hecho. No he perdido la ilusión, al contrario. La llevo por bandera. Sigue aún con más fuerza. Ha mutado los colores y ahora aún luce más intensa.

Porque el dolor lejos de hundirme me hace más fuerte.
Porque soy incapaz de dejar de creer que lo que busco no existe.
Porque lejos de rendirme me siento única, privilegiada.
Porque tengo la suerte de que he venido al mundo con un corazón a prueba de roturas, inmune a los desánimos. Blando por dentro, blindado por fuera.

¿Y si no poder odiar no fuera un defecto?
¿Y si confiar ciegamente en el género humano no fuera delito?
¿Qué pasaría si lo hicéramos todos? ¿Si lo sintiéramos todos?
¿Y si no debiera de cambiar, sino aceptarme como soy, quererme por quién soy, sin más insatisfacciones, sin más frustraciones, sin más exigencias?

Estoy cansada de tener que ser perfecta.
Estoy cansada de luchar contra mí misma.
Al fin y al cabo, yo tengo algo que no todo el mundo tiene.
Yo tengo un corazón a prueba de roturas, inmune al desánimo.
Yo tengo ilusión.
Y sed de amor.
Y sed de vida.
Y sed de ti.

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