Es difícil decir lo que quiero decir
es penoso negar lo que quiero negar

mejor no lo digo
mejor no lo niego.

Mario Benedetti. "EL PUSILÁNIME",
de "El olvido está lleno de memoria".

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Queridas patillas:

Hace una semana arriba una semana abajo, tal día como hoy, restándole un año y sumándole una vida entera, puse nombre a unas patillas excesivamente largas. El capullo pasó a ser Jesús. Eso sí, con reservas. Tenías que ganártelo.

Una semana arriba una semana abajo, sumándole un año y añadiendo toda la eternidad, eres la parte que faltaba a un caos estelar. Eres un sueño hecho realidad. Nadie como tú para entenderme. Nadie como tú para pensar en voz alta.
Sabes que siempre me sentí distinta. Sabes que mi forma de comportarme, de pensar, tiene mi nombre y apellidos. Ya la pensaba patentar, nadie la comparte, ¿no es cierto?
Y entonces llegas tú y la compartes. Llegas tú y la acompañas. Mi voz es tu voz. Tu voz es mi dogma. Y te quiero, patillas. Como la trucha al trucho. Y mucho más.
Y sabes que frente a mí nadie ensuciará tu nombre, que tanto manché yo años atrás...
Sabes que frente a mí nadie te cuestionará, salvo yo. Salvo tú.

Y ahora te vas. Ahora me quedo sola, sabiendo que no es el sola de antes de conocerte. Es el SOLA de después, que es más grande, y es más duro, y es más puto. SOLA sin tus tardes, SOLA sin tu calma, SOLA sin sentirme en casa cuando tu me hablas. SOLA sin ti.

Pero no pasa nada. No estaré sola mientras vivas. Mientras sepa que donde quiera que estés, tú me quieres tanto como yo. Porque no puede ser de otra forma. Porque eres mi alma gemela y no te puedes separar. Porque te encontraría en el fin del mundo, sólo cerrando los ojos.
Porque tú tienes amigos a patadas. Porque yo tengo amigos a puñados. Pero como tú solo hay uno.
Sólo hay uno.
Y mi uno eres tú...


Suerte en Valencia, querido
:)

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