Sobre una rosa, una abeja. Sobre la abeja, el cielo.
La rosa está contenta. No es ella la que carga con el peso del firmamento.
Y entonces, la abeja se va volando y ella se asusta. ¿Acaso ha de ser ella quien sostenga el cielo?¿Ella, tan guapa y delicada? ¡Nunca!
La rosa suspira y se marchita. Que sea la Tierra la que cargue, que ella es demasiado delicada para tamaño esfuerzo.
La rosa está contenta. No es ella la que carga con el peso del firmamento.
Y entonces, la abeja se va volando y ella se asusta. ¿Acaso ha de ser ella quien sostenga el cielo?¿Ella, tan guapa y delicada? ¡Nunca!
La rosa suspira y se marchita. Que sea la Tierra la que cargue, que ella es demasiado delicada para tamaño esfuerzo.
1 comentario:
Querida mía, maestra mía, Popea mía, has tenido suerte docente apasionadamente ansiosa por ser iluminada en tus más íntimas humedades por la Luz del Goce Interestelar. El Genio del Blog, el Semental del Universo, la Mente Luminosa nunca igualada en toda la galaxia, el Ambiguo Superlativo, el Andrógino de la excelencia amatoria, el Non Plus Ultra del estado de permanente excitación, o sease modestamente, YO, el Gran Monotributo, ha condescendido a brindarte cinco segundos de mimos orgiásticos que te trasportarán al reino de la dicha y el placer. Lo hago por tí guapa, YO tu Amo y Señor, solo porque soy magnánimo y un romántico incurable. Si te esmeras tal vez logres provocarme la misma sublime erección que al Gran Maestro de América, Domingo Faustino Sarmiento le provocó el visitar a Mariquita Sanchez de Mandeville. Aunque tu no eres Mariquita (¿yo sí?..ay, no lo sé), sí eres docente, profesión que ha dado la mayor cantidad de hetairas y cortesanas en toda la historia de la humanidad. Te dejo un besito plutoniano... como adelanto de lo bien atendida que serás por el Adonis de Ambos Mundos, o sease modestamente Yo, el Gran Monotributo. Hasta ese momento conformate con mi ósculo, hembra insaciable de sexo y ternura.
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